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Un consejo:

No tome el mes de diciembre como fecha definitiva para la cercana renuncia, creen muchos, de Ricardo Monreal al partido del Gobierno.

No importa su canción desafinada:

-Diciembre me gustó para que te vayas…

Porque seguramente no será un cruel adiós su Navidad…

Reflexionemos:

Tiene un mandato ganado con voto mayoritario como jefe del control político -ratificado por 87 compañeros, 39 morenistas- del Senado de la República, donde ha sido clave al régimen.

Mérito suyo han sido muchas reformas, acuerdos y nombramientos a capricho de Palacio Nacional aun contra cualquier lógica.

Pocos lo recuerdan, pero una de las encomiendas más difíciles fue llevar a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) a Rosario Piedra Ibarra.

Recibió la instrucción presidencial y él cumplió, aunque de esa manera se enterró a una dignísima y necesaria institución para la República.

El país perdió al principal organismo defensor de los derechos fundamentales, pero el régimen lópezobradorista aseguró una marioneta y un arma contra los disidentes.

De prueba tenemos su reciente posicionamiento contra el INE de Lorenzo Córdova, a más de anticonstitucional, sin respetar los órganos de mando de la Comisión.

LA PLENARIA DE ENERO

Pero la estrella es Ricardo Monreal.

Ha pasado de posiciones independientes a otras abiertamente críticas a López Obrador y de oposición a acciones cuando violan la Constitución.

Por ello el desdén superior, la batería de ataques de Layda Sansores y las presiones de Mario Delgado, entre otros, para obligarlo a renunciar.

Él ha atizado la especulación y no es la primera vez.

Hace un año ya se hablaba de su fatal destino e inclusive sus adversarios internos le prepararon su relevo en la plenaria de enero pasado.

Pero en ella ni siquiera se puso en duda su liderazgo y lo ejerció hasta agosto, cuando la especulación era si sabría mantener el control político del Senado con un presidente afín.

Él impulsó al poblano Alejandro Armenta y en una contienda con dos participantes más: el zacatecano José Narro y el mexiquense Higinio Martínez, presuntamente con respaldo oficial…

Resultado: Armenta preside el Senado y Ricardo Monreal conserva el liderazgo y la presidencia de la Junta de Coordinación Política (Jucopo).

Y mientras no haya votación para nuevo líder, él sigue y así planea llegar a la plenaria de fines de enero de 2023…

Esa es su apuesta.

Lo difícil para él, si no imposible, será reconstruir la relación con López Obrador.

ALIANZA A LA SOMBRA

La reanudación de la unión opositora en el Estado de México no es un asunto aislado.

A la par siguen las negociaciones con la diputada priista Ana Lilia Herrera, quien bajo condiciones está dispuesta a sumarse a la campaña de Alejandra del Moral.

En otra pista se dan diálogos de PAN, PRI y PRD para adherirse a la segura candidatura de Manolo Jiménez en Coahuila en los términos habidos en Durango, donde Esteban Villegas batió al oficialismo.

En sus diálogos tras la marcha dominical, y azuzados por las diatribas presidenciales, los tres dirigentes nacionales -Alejandro Moreno, Marko Cortés y Jesús Zambrano- han reivindicado su deseo de avanzar hacia 2024.