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*Necesario resolver causas estructurales, como la pobreza y marginación, para un sano desarrollo de niñas y niños de cero a cinco años de edad: Hernández Bringas.

*Propuso la creación de un Observatorio Nacional de la Primera Infancia para dar atención y seguimiento a las necesidades de este segmento de la población.

Para abatir en México los índices de mortalidad materna e infantil por falta de acceso a servicios de salud y prestaciones sociales es necesaria la universalización de este tipo de servicios, así como garantizar el abasto básico de medicamentos, afirmó el Dr. Héctor Hernández Bringas, investigador del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

La incidencia de mortalidad materna e infantil es una clara señal de que la prestación de los servicios médicos no están funcionando, expresó Hernández Bringas al participar en la round table: Obstáculos y soluciones para la salud de la primera infancia, organizada por Early Institute.

Con medidas elementales (en servicios de salud) esos decesos de niñas y niños de la primera infancia “serían muertes evitables”. También el hecho de que haya alta mortalidad materna nos da un indicador del nivel de acceso a los servicios de salud, “son muertes que no debieron de ocurrir”, dijo.

Por su parte, Renata Díaz Barreiro, investigadora y líder del Sistema de Indicadores de Primera Infancia (SIPI México), explicó que conforme a datos arrojados la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) de 2021, en México el 60 por ciento de las niñas y niños fueron al menos a una “consulta de niño sano”, un índice bajo porque se recomiendan dos consultas para el neonato, seis consultas para las y los menores de 1 año y 2 consultas al año hasta que se cumplen los 4 años.

En tanto, con información de la Secretaría de Salud -respecto a la semana epidemiológica-, en 2022 se registró una razón de mortalidad materna de 30 defunciones maternas por cada cien mil nacimientos vivos. Es decir, México no ha alcanzado la meta de los Objetivos de Desarrollo del Milenio que debía cumplirse en 2015, de 22 defunciones.

En otro dato, consideró preocupante el desarrollo infantil inadecuado ya que de acuerdo con datos estadísticos oficiales que se pueden consultar en el SIPI, en México tenemos casi 20 por ciento de niñas y niños de la primera infancia que no se están desarrollando adecuadamente.

Ante este panorama, Hernández Bringas explicó que no se ha hecho nada para abatir las causas estructurales para corregir o eliminar la falta o mala atención de servicios de salud en la primera infancia.

“Lo que se está atacando son causas blandas y no las causas duras como la reducción en los niveles de desigualdad y de pobreza que hay en nuestro país. Se ha hecho algo en dar antibióticos y el esquema de vacunaciones, pero no se ha hecho nada en las causas estructurales como desigualdad y acceso a servicios de salud, a medicamentos, además en materia de combate a la desnutrición”, remarcó ante representantes de diversas organizaciones de la sociedad civil.

Con cifras del sector salud Hernández, Bringas refirió un aumento del 77% en la carencia en el acceso en servicios de salud de la primera infancia, de 2018 a 2020, que pasó de 17.6% a 31.2%. Ante ello, alertó de la necesidad de asignar más recursos presupuestales para prevenir la mortalidad infantil, en especial en estados como Chiapas, Estado de México y Michoacán.

Recordó que más del 60 por ciento de ocupación laboral está en el mercado informal, por lo que el trabajador y su familia carecen de servicios médicos en el sector público, que proporciona la seguridad social.

El especialista de la UNAM abogó porque haya una reforma integral al sector salud. Sin embargo, vaticinó que por ahora ese cambio de fondo es imposible, por las condiciones presupuestales y de organización institucional que prevalecen. Hay un sesgo ideológico, una negación a aceptar lo que en el pasado sí funcionó, como lo fue, con sus limitantes o fallas, el Seguro Popular.

Dijo que dadas las carencias y urgencias en servicios de salud que requieren las madres, y las niñas y niños de la primera infancia, un camino a seguir por ahora es implementar programas específicos que promuevan el seguimiento del estado de salud de los más necesitados.