Una sencilla expresión popular puede resumir y exaltar una etapa de enorme trascendencia, y en el caso del Verano del 25, basta referir que «no ha sido un verano cualquiera«.
No solo será recordado por sus intensas y destructivas lluvias nunca antes vistas, si no por las tormentas sociales, económicas, judiciales y políticas que marcan el primer año de gobierno de la primera mujer en asumir la Presidencia de la República.
En la memoria colectiva se registra el inicio de una nueva Corte (SCJN) surgida de una cuestionada elección; la confirmación del dominio político de Morena sobre los tres Poderes de la Unión y los manotazos y patadas que ensuciaron el cierre de la Comisión Permanente del Poder Legislativo.
También quedará en el registro la exhibición de una «nueva élite«, una «crema oficialista«, como la definen algunos, que pregona como eslogan la austeridad republicana y se presume de izquierda, pero de manera grotesca y sin pudor presume una inexplicable vida de lujos y excesos.
Y en ese entorno, en la semana que hoy concluye, se registran acontecimientos que, por su trascendencia, contrastan con el discurso oficial de cero corrupción e impunidad que abanderó desde el inicio de su administración el presidente Andrés Manuel López Obrador y que actualmente ponen a prueba al gobierno de Claudia Sheinbaum Pardo.
Lo hemos dicho: qué bueno que la presidenta no frenó la investigación que llevó a la captura de al menos 14 personas por la red de huachicol fiscal que operó desde la Marina y que fue liderada por dos marinos de alto mando, los hermanos Manuel Roberto (detenido) y Fernando Farías Laguna (prófugo), sobrinos del ex secretario de la Semar, Rafael Ojeda.
Qué bueno, insisto, que Sheinbaum enfrentó la tormenta porque sería irreparable el daño a una de las instituciones armadas más queridas por los mexicanos y donde lamentablemente hay una estela de muertes alrededor del huachicoleo.
¿Y por qué los dejaron?
Sin embargo, este golpe a uno de los casos de corrupción más graves registrados desde que Morena gobierna el país, generó una enorme preocupación y debate que trajo a cuento las palabras reiteradas de AMLO, quien decía que un presidente está enterado de las grandes transas e incluso tienen su visto bueno.
“Los grandes negocios, las grandes transas que se llevan a cabo en México, en el país, siempre llevan el visto bueno del Presidente de la República. Nada que él no se entera”, dijo una y otra vez.
Hasta hoy el ex Mandatario se ha mantenido en silencio y otra voz ausente es la de su ex secretario de Marina, Rafael Ojeda.
Ya tienen otro “villano”
Y hablando de ex secretarios. Cuando parecía que la semana cerraría con el debate en torno al Presupuesto 2026 que propone aumentar impuestos a refrescos, tabaco, apuestas y videojuegos violentos, entre otros puntos, el viernes se informó de la captura, en Paraguay, de Hernán Bermúdez Requena, líder de “La Barredora”.
Se encontraba “escondido” en una “guarida de lujo”. Una casa hasta con alberca ubicada en Surubi´i, un exclusivo fraccionamiento privado cercano a Asunción.
Las autoridades de ese país estiman que Bermúdez Requena pudo haber llegado desde enero pasado tras confirmarse que era el líder de uno de los cárteles que ha ensangrentado al sureste mexicano.
Y digo “confirmarse” porque hay reportes, incluso militares, que indican que operaba un grupo criminal desde antes de que fuera nombrado secretario de Seguridad de Tabasco por el propio gobernador: Adán Augusto López, actualmente coordinador de Morena en el Senado de la República.
A unas horas de la captura del líder de “La Barredora”, el también ex secretario de Gobernación se deslindó de su ex mando policiaco, dijo estar dispuesto a comparecer ante las autoridades y, para desviar la atención y que se voltee a ver a otro “villano opositor”, la emprendió contra el senador panista Ricardo Anaya y su familia.
Pero al senador morenista también le recordaron desde las redes sociales, como sucedió con su “hermano” AMLO, unas palabras que usó para burlarse de sus adversarios: que tras la caída de Bermúdez Requena será él quien tendrá que ir de rodillas a la Basílica para que le haga el milagro la morenita.
Ministro desaíra a Kenia
Oiga ¿se acuerda del escándalo que armó el propio López Obrador –y en lo que terminó- porque el 5 de febrero de 2023 la ministra Norma Piña no se levantó a aplaudirle al presidente durante la celebración de la promulgación de la Constitución?
Bueno, pues el sábado ocurrió algo parecido durante la ceremonia del aniversario de la Gesta Heroica de los Niños Héroes.
A diferencia de la presidenta Sheinbaum, funcionarios y militares, el ministro presidente de la Corte, Hugo Aguilar Ortiz, evitó aplaudir a la presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, la panista Kenia López Rabadán, cuando fue presentada en la ceremonia.
Por la noche, Aguilar Ortiz difundió un tuit para expresar que sí saludó a López Rabadán a quien expresó su respeto.