Estira y afloja
“México puede ser una potencia en energía limpia y una parte vital para mantener la ventaja competitiva de América del Norte en todo el mundo”, dijo el jueves pasado Martin Keller, director del Laboratorio Nacional de Energía Renovable (NREL) del Departamento de Energía de Estados Unidos al presentar un informe detallado sobre el potencial de México por regiones de energía solar fotovoltaica, eólica, geotermia convencional e hidroeléctrica que permite alcanzar la meta de 35 por ciento de este tipo de electricidad en 2024.
El estudio utilizó información de los privados, la CFE y cifras del Centro Nacional de Control de Energía, mismo que validó el escenario de NREL. El potencial nacional incluye 24 mil 918 GW de energía solar fotovoltaica, 3 mil 669 GW de energía eólica, 2.5 GW de geotermia convencional y 1.2 GW de capacidad adicional en hidroeléctricas, “todo combinado, es suficiente para satisfacer las necesidades de electricidad del país cien veces más”.
Expuso que con una inversión privada de 17 mil millones de dólares, México podría rápidamente poner en línea 15 mil 257 MW de energía renovable en el corto plazo. Con esta inversión se reduciría el costo de producir electricidad y se generaría un ahorro al sistema nacional de mil 100 millones de dólares, se crearían más de 72 mil empleos y se reducirían las emisiones de gases de efecto invernadero y otros contaminantes.
La inversión privada es fundamental en el escenario de NREL, el principal laboratorio nacional del Departamento de Energía de EU para la investigación y desarrollo de renovables, que seguramente ni han leído ni les interesa hacerlo a todos los que solo obedecen consignas. Claro, hay una advertencia: “Las inversiones necesarias tendrían una probabilidad muy baja de lograrse si se realizan cambios en los marcos legales, regulatorios y del mercado eléctrico actuales, ya que resultarían en barreras significativas para la entrada al mercado… Hay que trabajar por la certidumbre en las políticas”.
El mayor uso de energía renovable, eólica y solar principalmente, disminuiría los costos de producción y los precios regionales, la generación eléctrica con gas natural y el menor uso de combustibles, en especial de gas.
J. Jesús Rangel M.
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