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NÚMERO CERO/ EXCELSIOR

El Congreso de Oaxaca sorprendió con la aprobación de una reforma para la despenalización del aborto en uno de los estados más pobres y marginados del país, pero el camino en otras entidades para replicar la iniciativa es muy complejo por la fragmentación política y el doble lenguaje moral que frena el avance de derechos a la salud y reproductivos de las mujeres. En Hidalgo, esta semana se atoró una propuesta para dejar de tipificar como delito la interrupción del embarazo antes de las 12 semanas, a pesar de la mayoría de Morena en el Congreso local y de que el partido en el poder anunciara una reforma así para todo el país. A pesar de las contradicciones políticas, el tema vuelve a la agenda nacional como muestra de que algo está cambiando en una batalla contra las apariencias que será larga en el debate público.

Una mezcla de gobiernos débiles en los estados, Congresos que obedecen a lógicas políticas locales y mayorías divididas a su interior, como las de Morena, convierten a cada entidad en un caleidoscopio distinto. En unos, facilita alianzas para oponerse a llamados de poderes locales, como en Oaxaca con el respaldo del gobernador Murat a la iniciativa, pero en otros, las alianzas se cargan hacia posiciones reactivas e, incluso, contrarias a sus dirigencias nacionales, como en el caso de Morena en Hidalgo. Sus diferencias de un estado a otro encarnan las contracciones del gobierno de López Obrador sobre el debate de derechos reproductivos de las mujeres, que ha tratado de evadir con su propuesta de someter las libertades a consulta y el rechazo a la despenalización de algunos de sus principales aliados entre las Iglesias como los evangélicos.

El aborto divide opiniones en el país y Morena prefiere esquivarlo como un asunto que no es prioritario, pero que, sobre todo teme reste votos o pierda el apoyo de iglesias que defiende la prohibición en las constituciones locales de 20 estados. ¿Qué ocurrió en Oaxaca para que el Congreso superara actos de repudio contra la despenalización entre gritos de “asesinos” y amenazas de excomunión? ¿Por qué una de las entidades más marginadas, con 400 municipios indígenas y altos índices de abortos clandestinos, se convierte en hito del movimiento feminista y epicentro de la “marea verde” en el país”? ¿Por qué no Hidalgo u otro, a pesar de que, por ejemplo, México quintuplica la tasa de embarazos adolescentes de la OCDE? El movimiento de mujeres de Oaxaca lo explica por la tradición de resistencia con ejemplos como la APPO en 2006 o la oposición de magisterio a las reformas educativas, en su caso por el riesgo que cada año corren 9 mil mujeres en abortos clandestinos y que son la tercera causa de muerte de mujeres en el estado. Sin embargo, para este impulso ha sido decisivo un relevo generacional de los liderazgos feministas tradicionales, como se observan también en manifestaciones de mujeres que han pintado las calles de la CDMX y otras capitales con otras demandas sobre seguridad y contra la violencia de género. Hoy, las presidencias del Senado y la Cámara de Diputados las ocupan mujeres como prueba del avance en espacios de poder, pero las nuevas generaciones también representan una nueva fuerza capaz de confrontar a los gobiernos en la calle cuando se oponen a su agenda.

La visibilización de la protesta y movilizaciones sociales también comienzan a modificar las estimaciones sobre costos electorales. Morena anunció tras la “marea verde” de Oaxaca una iniciativa para despenalizar el aborto en todo el país y responder así a un sector relegado por su gobierno, no sólo en temas sobre salud reproductiva, sino también en otros derechos como el retiro de apoyo a estancias infantiles o escaso presupuesto a educación temprana que les afecta directamente.

En la conmemoración de la Acción Global por un Aborto Legal, Seguro y Accesible, México tiene poco que celebrar: el aborto inseguro es la cuarta causa de muerte materna. Aunque desde otro punto de vista, lo importante es que cada vez hay más mujeres decididas a movilizarse para devolver el tema a la agenda pública para que su situación cambie.