Se comenta que cada cambio de sexenio, la economía mexicana inicia con una desaceleración y después va transformándose a un incremento. Sin embargo, en los últimos seis años el crecimiento, promedio anual de nuestra economía apenas logra rebasar el punto porcentual, algo que comparado con años anteriores con crecimientos de 2 por ciento es una diferencia importante.
También se comenta que cada nuevo titular del Ejecutivo, en su primer año de gobierno inicia con expectativas bajas sobre los resultados a otorgar, para evitar que expectativas contrarias nos lleven a despilfarrar la riqueza.
Por lo que desde hace varios sexenios se manifiesta que un presupuesto basado en un “buen manejo de los recursos públicos dejara resultados positivos importantes para el país.
Todo esto, repito, se hace para evitar que México caiga en las crisis sexenales que se vivieron en los últimos años del siglo pasado. Donde la pobreza se vio incrementada y el bache social se hizo aún mayor.
Así que los mexicanos debemos sentirnos tranquilos ante el manejo de los recursos públicos que en esta administración se realice, porque veremos resultados importantes para todos.
Ayer mismo el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, insistió que el Paquete Económico 2025 presentado o bajo fundamentos reales y que las expectativas ahí manifestadas podrán alcanzarse sin que nuestra economía familiar se vea trastocada.
Sin embargo, si se fundamenta que gran parte de este presupuesto se basa en un incremento de los ingresos económicos, principalmente en un crecimiento de la captación de ISR e IVA, además de lo que pueda arrojar la venta de petróleo. Resalta una pregunta. ¿cómo se incrementará la recaudación de estos impuestos? La respuesta es si no existe crecimiento económico entonces se tendrá que echar mano de los programas sociales, para que sienta la gente que tiene el poder de consumo, aunque este no les permita una movilidad social.
Además, con una desaceleración de la economía mundial y por supuesto nacional, no habrá muchos recursos, por lo que entraríamos a una situación con desaceleración y estancamiento económico.
Así que el optimismo mostrado por el secretario de Hacienda y avalado por legisladores del partido oficial y sus aliados, podría no ser tan sostenible, si en el paquete presupuestal se hacen ajustes para alentar al crecimiento real y no ficticio.