La película de Corea del Sur intitulada como Parásitos, se llevó por primera vez dos galardones nunca ganados. Con la reclasificación que hizo la Academia de Artes y Ciencias Cinematográfica de Hollywood, de película extranjera a película en idioma extranjero, se abrió el camino a que una cinta cinematográfica extranjera ganara, además de este último galardón, el de mejor película.
Después de ver esta obra maestra del arte cinematográfico, me di cuenta de que el tema muy bien pudo haber sido ubicado en nuestro país, con algunas diferencias que considero substanciales.
La trama de la cinta, pretendiendo revelar poco de ella, consiste en lo siguiente: una familia de clase económicamente baja, integrada por padre, madre, hijo e hija, que vive en una zona urbana que muy bien se le parece a una favela brasileña, urde un plan para salir de la pobreza, de insertarse como empleados en la casa de una familia pudiente.
Primeramente, el hijo logra colocarse en la hermosa residencia de esta familia, como tutor de una adolescente preuniversitaria, para luego instalar a su hermana como nana del hijo menor, por cierto, muy mal portado, aduciendo que era maestra de arte y experta en psicología infantil.
Después de una serie de movimientos manipuladores, el joven logra que sus patrones despidan a la ama de llaves de su mansión; claro, para ser sustituida por la madre de este joven ambicioso. De la misma manera, logra que despidan al chofer del patrón para ser sustituido, por supuesto, por el padre de esta familia desamparada.
Para no dar detalles del desenlace de esta brillante película, quiero mencionar que después de una serie de sucesos inesperados, se desarrolla una terrible tragedia que tiene como trasfondo el odio y la lucha de clases.
Esta extraordinaria película nos manda varios mensajes: 1. Hay que tener cuidado de quien mete uno a su casa. 2. La insensibilidad social que se desarrolla en las clases adineradas es patética y ésta genera grandes presiones psicológicas y sociales. 4. Promover la lucha de clases genera en cualquier sociedad disrupciones severas.
Bien pudo esta película haberse desarrollado en México, pero creo difícil que una persona educada en nuestro sistema escolar público hubiera podido ser admitida como tutor de una adolescente preuniversitaria para entrar a una universidad privada, pero la trama se puede insertar en nuestro país, con mínimos cambios.
Finalmente, esta película me llevó a la reflexión de que, actualmente, México es una olla hirviendo de pasiones promovidas diariamente desde la presidencia en sus mañaneras, con seguimientos en comparecencias personales en las áreas más pobres del país. Esto es sumamente peligroso, ya que la polarización de nuestra sociedad es cada día más severa.
Para parar esto es necesario hacer múltiples cambios en las políticas públicas que tenemos, por lo que debemos iniciar un gran movimiento de PAZ, que genere una participación activa zonal de los ciudadanos, para que a través de la concordia, pero con solidaridad, logremos revertir este discurso de odio que nos envuelve, para convertirlo en un auténtico discurso político (narrativa al estilo americano), que genere, a partir de lo local (zonal), el restablecimiento de nuestras instituciones democráticas que creen orden y control al descontrol que se ha formado desde el Ejecutivo, forjando un balance de poder republicano hacia la solución de nuestros problemas, inseguridad, corrupción, abuso de poder y excesos de la oligarquía y de las organizaciones criminales.
Aprovechemos la oportunidad que nos da la Constitución de renovar todo el poder legislativo que representa al Pueblo (Cámara de Diputados), para crear ese ambiente de concordia y solidaridad a través de esa PAZ (participación activa zonal), a partir de cada Distrito Electoral de nuestro país para lograr contener ese gran poder que ahora nos divide.