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En marzo de 1949, Mao Tse Tung avizoraba problemas de organización y dirección del Partido Comunista Chino –la organización de masas más grande de la historia–, y alertaba sobre el grave riesgo de las divisiones y los cacicazgos internos.

“Recientemente, se ha averiguado –decía el Gran Timonel– que en algunos organismos dirigentes (no en todos, desde luego), es práctica habitual que una sola persona acapare la gestión de los asuntos y resuelva los problemas importantes… los miembros del comité del partido, mantiene entre sí sólo una unidad formal, y no real…”

Dicho de otro modo, dentro del PCCH se practicaba el feo vicio de la simulación por encima del cumplimiento a rajatabla del dogma maoísta, bajo el cual un sistema disciplinado “…que practica la autocrítica y se mantiene ligado a las masas populares; un ejército dirigido por tal partido, un frente único de todas las clases revolucionarias y grupos revolucionarios dirigidos por tal partido”, fueron la herramienta para derrotar al enemigo.

Obviamente, tras la exigencia de fidelidad irrestricta al partido, se escondía la amenaza de la enorme purga contra sus adversarios internos y la eliminación de los externos. Pero de nada sirve en el México actual extrapolar aquel episodio ni siquiera compararlo con la construcción del segundo piso de la Cuarta Transformación.

Esta obra política, no de ingeniería, ya tiene sus propios apologistas, y no sólo quien ha inventado tan sutil concepto de continuismo político.

El pasado 14 de noviembre (página oficial de Morena), hubo una magna concentración en Villahermosa, Tabasco. Esto se dijo ahí:

“…El secretario de Organización del CEN de Morena, Andrés Manuel López Beltrán, convocó a la militancia tabasqueña a trabajar arduamente para mantener unido al partido y fortalecerlo, con el fin de lograr que este proyecto perdure para las siguientes generaciones.

“Si nos mantenemos unidos, Tabasco será punta de lanza en el “Segundo Piso” de la transformación con nuestra presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, pero, sobre todo, si nos mantenemos unidos, este no será un proyecto de seis años, sino que será un proyecto por un mejor país para muchas generaciones adelante”, dijo López Beltrán en Asamblea Informativa.

“Ante una emocionada audiencia, el secretario de Organización recordó los apoyos que el presidente Andrés Manuel López Obrador recibió del pueblo tabasqueño en diversos momentos históricos, como el “Éxodo por la democracia”, cuando marchó de Tabasco a la Ciudad de México, en 1991; su postulación para candidato al gobierno del estado, y el respaldo –en el 2000–, para ser jefe de Gobierno de la Ciudad de México, entre otros.

“Mi familia y un servidor le debemos mucho a este estado y quería hacer uso de la voz para reiterarles que amor con amor se paga”, aseguró López Beltrán”.

Como se ve, la actividad política de hoy tiene como cimiento (y cemento) la exaltación (sin espacio para el nepotismo), de la figura del señor de Palenque.

Estas palabras son similares a otras pronunciadas en el Palacio Nacional durante la reunión entre la titular del Poder Ejecutivo y los legisladores de Morena, convocados –ese mismo día– para recibir el agradecimiento por su respaldo y trámite de las iniciativas heredadas del sexenio pasado.

 “(AP).- Desde Palacio Nacional, la presidenta Claudia Sheinbaum pidió a diputados y senadores de Morena trabajar en territorio y mantener la unidad entre fracciones…

 “… De acuerdo con legisladores presentes en el encuentro, la mandataria les agradeció también por la aprobación de las reformas aprobadas en los primeros tres meses de Legislatura, contenidas principalmente en el llamado “Plan C” que envió al Congreso el expresidente … y otras que ha propuesto” ella misma.

“Los quiero ver en sus territorios (…) es un bálsamo (¿?)”, les dijo”.

Obviamente, la demanda de unidad sugiere su actual fragilidad. ¿En torno a qué o a quién? ¿Al Partido?

¿Y eso qué es? Pregúntenle a Luisa Alcalde.