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Estira y afloja

Respuestas. En efecto, el documento programático del Banco Mundial al que me referí el lunes pasado sí considera la presión financiera que plantea Petróleos Mexicanos (Pemex) para el gobierno federal y el país, y sí presenta los principales riesgos para el marco macroeconómico nacional, sobre todo por la inflación.

Destacó que el apoyo financiero del gobierno federal a Pemex de 2019 a 2022 totalizó 45 mil 900 millones de dólares, 3.2 por ciento del PIB del último año a través de la desgravación fiscal, la reestructura de pagos de la deuda, el financiamiento a proyectos de inversión y las transferencias de efectivo. La SHCP informó a inversionistas de Estados Unidos el 23 de junio que en el primer trimestre de 2023, la Secretaría de Energía transfirió a Pemex cerca de 386 millones de dólares para fortalecer su posición financiera y la cadena de fertilizantes, y 562.9 millones de dólares para la construcción de la refinería de Dos Bocas.

El documento del Banco Mundial agregó que en 2022 el apoyo fiscal a Pemex en forma de desgravación fiscal y transferencias de capital fue de 10 mil 900 millones de dólares, lo que permitió reducir la deuda y los altos costos financieros, y agregó que “para mejorar su posición financiera estructuralmente necesita invertir en áreas de negocios rentables, reducir algunos grandes proyectos de inversión, mejorar las refinerías por debajo de su capacidad, trabajar con el sector privado en exploración y producción y vender activos no básicos”.

Advirtió que aunque la situación financiera de Pemex se benefició de mayores precios del petróleo y el apoyo del gobierno, “aún representa un riesgo contingente para las autoridades” frente a la “normalización del precio del petróleo, los altos pasivos, las líneas de negocios de bajo rendimiento, la disminución de la producción y la continua dependencia del apoyo fiscal”, independientemente de que este riesgo financiero de Pemex puede afectar la calificación crediticia soberana.

En cuanto a los principales riesgos para el marco macroeconómico, indicó que éstos se derivan de perturbaciones externas como cuellos de botella en las cadenas de suministro internacionales, una desaceleración de Estados Unidos y presiones inflacionarias persistentes, pero que “la sólida gestión macroeconómica de México mitiga estos riesgos”.

Un desempeño económico peor de lo esperado en Estados Unidos afectará a los “sectores manufacturero y turístico de México y las remesas, creando presiones cambiarias”. La persistencia de los cuellos de botella en las cadenas de suministro globales puede obstaculizar la producción y las exportaciones a pesar de la sólida demanda externa, mientras que la inflación mundial puede mantener tipos de interés elevados más tiempo de lo previsto, “impactando la inversión, el consumo y los costos fiscales”.

jesus.rangel@milenio.com