Con calzador, la semana pasada el licenciado presidente aceptó, sin citarlo por su nombre, que el senador Ricardo Monreal Ávila está entre los aspirantes a sucederlo. No le llamó corcholata. Pero…
El domingo último, Monreal informó que tiene su Proyecto de Nación para la sucesión presidencial y entró en una importante etapa de su carrera por alcanzar la Presidencia de la República, bajo las siglas de Morena.
¿Y?
Apenas arrancó la semana, se oteó la campaña que viene desde Palacio Nacional para descalificar al hoy coordinador de los senadores de Morena, el hijo desobediente de la 4T porque no se ajusta a los dictados de Su Alteza Serenísima.
Un personaje que se asume periodista tuvo la encomienda de sembrar una pregunta para golpear a Ricardo Monreal. Lamentable, lamentable.
Porque el licenciado presidente lo mismo se luce descalificando a sus opositores que blofea con supuestas condolencias a familiares de víctimas del crimen organizado, de la inseguridad que, por ejemplo, volvió al escenario de Culiacán, Sinaloa, y se cebó con una activista en el estado de Puebla.
Quizá usted no se ha enterado del montaje teatral de la mañanera, con patiños y mercenarios que obedecen a la línea servil de sembrar preguntas para el lucimiento presidencial y el ajuste de cuentas con rebeldes del régimen, o de profesionales que sin querer queriendo dan pie para que Su Alteza Serenísima se luzca y despliegue rencores personales con sus clientes favoritos.
Veamos. El pasado fin de semana comenzó a circular el video en el que una colega sonorense, del municipio de Cajeme, se queja porque a los periodistas de aquella localidad se les ignoró en la sesión de preguntas y respuestas.
Y es que, en ese que debiera ser el ejercicio circular de comunicación, se privilegia a quienes se asumen reporteros y acompañan al licenciado Andrés Manuel I y le hacen preguntas a modo, es decir, sembradas. La colega lo denunció, pero es un asunto harto conocido en la capital del país.
Un ejemplo es el del personaje cuyo nivel de vida mejoró ostensiblemente desde que cambio su servicio a un diputado federal, a servil en la mañanera.
Resulta que, entre las varias “preguntas” e inquietudes personales y por encargo, el susodicho mercenario aludió a un problema que desde hace rato tienen residentes de una unidad habitacional vecina al añoso conjunto Tlatelolco. Lea usted.
“Olvídese, presidente, del costo del departamento –refirió este personaje que hasta el inicio del sexenio le cargaba el portafolios al diputado Benjamín Robles Montoya–, porque la unidad habitacional se está hundiendo, construyeron sin estudios de mecánica de suelo.
“El proyecto, en su momento, fue autorizado por el ahora senador de la República y aspirante a presidente de la República, Ricardo Monreal, exdelegado en Cuauhtémoc. Sólo era esta unidad habitacional para 250 departamentos, pero la corrupción de esas autoridades en turno les alcanzó para construir por debajo del agua 550 en total”.
¿Qué respondió el licenciado Andrés Manuel I?
“Nosotros, nosotros vamos a atenderlos y se lo voy a encargar de manera respetuosa a la jefa de Gobierno, a Claudia Sheinbaum, ella va a atenderlos. Con Jesús te pones de acuerdo para buscar una cita con los interesados, los representantes de condóminos, de quienes se sienten defraudados y que platiquen con la jefa de Gobierno, y se le busque una solución y se les dé asesoría y se les apoye”, dijo el licenciado presidente.
¡Vaya casualidad! El problema no es nuevo, ha sido soslayado precisamente por la jefatura de Gobierno de la capital del país. Pero, por orden de Su Alteza Serenísima lo atenderá la doctora Claudia Sheinbaum cuyo trato con Ricardo Monreal no es precisamente de buenos amigos. ¡Vaya casualidad!
Y del lamentable caso de Cecilia Monzón Pérez, activista y abogada poblana ultimada el sábado último, ¿por qué no hubo un pronunciamiento del licenciado presidente el mismo día de los hechos? ¿Por qué esperar hasta el lunes?
Ofende al sentido común la respuesta de su Alteza Serenísima, a la pregunta de la colega Sara Pablo.
“Bueno, pues qué bien que tratas el tema del asesinato de la señora Monzón en Puebla, porque pues es un tema muy doloroso. Desde que tenemos la información de lo sucedido estamos atendiendo el problema grave, porque fue un ajusticiamiento, o sea, fueron sicarios los que la asesinaron, sin ninguna duda fueron sobre ella”, dijo Andrés Manuel I.
¿La señora Monzón? ¿Por qué no la identificó como defensora de mujeres agredidas en el estado de Puebla? ¿No sabía? ¿Por qué asumir que fue un ajusticiamiento realizado por sicarios?
Para cerrar este cuadro montado, Andrés Manuel dijo:
“Incluso me gustaría que el subsecretario les informara sobre lo que se lleva de la investigación, hasta donde es posible hacerlo, pero Ricardo (Mejía Berdeja) nos va a informar”. Y ahí tiene usted al experto Mejía presumiendo la chamba que está obligado a cumplir.
“Desde el primer momento que se tuvo conocimiento de la noticia criminal, la secretaria Rosa Icela Rodríguez nos instruyó a revisar el tema. Y, como lo señala el presidente, se tuvo comunicación con el gobernador Miguel Barbosa y con el fiscal general de justicia de Puebla, Gilberto Higuera”.
¡Ah!, pero en este lunes de informe del satus de la seguridad en México, el Santo Patrono de los otros datos presumió que se avanza y disminuyen los índices de criminalidad, que prospera la tesis de abrazos no balazos y se cumple con cuidar los derechos humanos de los criminales, estos que en Culiacán, Sinaloa, volvieron a generar pánico entre la población enfrentándose a elementos de la Guardia Nacional y del Ejército mexicano.
No, pos sí. La seguridad de pocas tuercas. Pregúntele a los michoacanos, veracruzanos, poblanos, sinaloenses, zacatecanos y… Todos coincidirán, sin duda, en que Andrés Manuel miente como respira. Ahí los muertos nuestros de cada día, las jovencitas secuestradas y asesinadas, la insultante situación que priva en Nuevo León y en Sonora y en Chihuahua.
¿La seguridad? ¡De poca madre!, chingona y a la baja según los datos de Andrés Manuel, porque de acuerdo con las cifras del INEGI el panorama es de espanto.
¿Entonces?
“Entonces, que todos ayudemos –convoca el Duce Andrés Manuel I–, que todos nos cuidemos. Vamos bien, bastante bien. Pueden decir nuestros opositores que no es así; están en su derecho, nunca había habido tantas libertades para ejercer el derecho disentir.
“Y vamos a seguir así y vamos a continuar buscando que haya la transformación, y vamos avanzando.
“Tú comentabas, por ejemplo, que si no resolvemos el problema de la inseguridad y de la violencia no vamos a poder decir que se avanzó. Yo creo que sí vamos a terminar el gobierno con buenos resultados en esta materia de seguridad y de combate a la violencia, porque vamos avanzando”.
En serio, no se ría. Seguramente las imágenes de muertos y denuncias de secuestros y asaltos en el transporte público son montajes, mentiras de los neoliberales.
Así las cosas, como dicen los clásicos, entró en escena Rosa Icela Rodríguez Velázquez, experta en seguridad pública. Y, ¡faltaba más, faltaba menos!, presumió que “hoy se trabaja con estrategia, con inteligencia y con acciones concretas para minar estructuras criminales. Estamos en el camino correcto, en el camino que considera cero impunidad y cero corrupción”.
Ríase si quiere. Total, el licenciado presidente tiene sus otros datos e impunemente puede pedir a los mercenarios de la mañanera: ¡Pregúntame, caón! ¡Pregúntame! Digo.
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