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< La apropiación indebida de los diseños indígenas y afromexicanos, no solo constituye un severo atropello al patrimonio cultural de México y sus comunidades originarias, sino en especial a los artesanos que viven de la creación y venta de sus productos

Con el fin de proteger el patrimonio cultural de México y sus comunidades originarias de la apropiación indebida de diseños indígenas y afromexicanos como ocurrió con el tema de los huaraches plagiados por la marca Adidas, la diputada del Partido Verde Ecologista de México, Ciria Yamile Salomón, propuso reformar la ley para proteger a los artesanos y prohibir la reproducción total o parcial de los diseños y creaciones artesanales textiles.

La legisladora explicó que su propuesta consiste en reformar la Ley Federal de Protección del Patrimonio Cultural de los Pueblos y Comunidades Indígenas y Afromexicanas para prohibir la reproducción total o parcial de los diseños y creaciones artesanales textiles, incluidos su imagen, formas, colores y/o características simbólicas e identitarias, sea cual fuere el medio, físico, digital o mecánico, sin el consentimiento libre, previo e informado de los pueblos y comunidades indígenas y afromexicanas en el ejercicio de su derecho de propiedad colectiva.

Expuso que la conservación y protección del patrimonio cultural de México avanzó de manera sustancial a partir de la publicación de dicha ley en enero de 2022, especialmente en lo que se refiere a la protección del derecho de propiedad colectiva. No obstante, señaló que pese al avance, persisten problemas sobre los cuales debe legislarse.

Indicó que uno de los que mayor preocupación generaban dentro de las comunidades afectadas por el plagio cometido por diversas marcas internacionales de moda, fue que si bien existía una protección individual de los derechos de autor, no sucedía lo mismo con el denominado «patrimonio colectivo», que es el que se delega de generación en generación y forma parte de nuestras tradiciones y culturas indígenas y afromexicanas.

«Dicho de otro modo, no existía un mecanismo de protección que inhibiera, previniera o sancionara los atropellos cometidos en contra de nuestros pueblos, artesanías y cultura en general y era claro que existía una laguna jurídica con respecto a la protección de “los derechos de propiedad colectiva» en las leyes relativas a los derechos de autor por lo que ahora, el debate parlamentario debe girar en torno a la protección del artesano y su labor histórica, social, cultural y creativa.

Enfatizó que, si bien la Ley Federal de Protección del Patrimonio Cultural de los Pueblos y Comunidades Indígenas y Afromexicanas regula y protege el derecho colectivo de los pueblos y comunidades indígenas y afromexicanas sobre su patrimonio cultural, también se requiere limitar a aquellos que, siendo partes de la propia comunidad, rompen el principio básico o la esencia de las artesanías en sí mismas para definirlos como algo de «nueva creación» para producirlos comercialmente.

Ante ello la reforma propone incluir que “los creadores y productores individuales, integrantes de un pueblo o comunidad indígena o afromexicana, cuyos productos estén inspirados en alguno de los elementos de su patrimonio cultural, no podrán argüir derechos de propiedad intelectual para el aprovechamiento, comercialización o producción de sus obras, ya sea industrialmente o como artesanías”

Asimismo se agrega que “en la resolución de controversias por los derechos de autor de los artesanos y sus productos, las artesanías derivadas de sus técnicas y diseños, así como los elementos físicos o digitales que comercialicen como parte de sus actividades se ajustarán a lo dispuesto por el artículo 11 de la citada ley”.

Yamile Salomón recordó también el caso que se presentó en el Valle del Mezquital, en el estado de Hidalgo, donde se presentó una denuncia por parte de artesanos de la región por la comercialización de la muñeca hñahñu Nxutsi.

Destacó que “la apropiación indebida de los diseños indígenas y afromexicanos, no solo constituye un severo atropello al patrimonio cultural de México y sus comunidades originarias, sino en especial a los artesanos que viven de la creación y venta de sus productos”.