La realidad nos alcanza y muestra que odas las cifras alegres, que presumen, el gobierno federal y legislador de la alianza “Juntos Haremos Historia”, van desapareciendo para mostrarnos una realidad que debemos empezar a tomar en cuenta.
Se habla de la fortaleza del peso y este ha empezado a depreciarse al grado que es muy probable que la paridad con el dólar este mas cercano a los 19 pesos al finalizar el año y que seguirá ese camino para colocarse cercano a los 21 pesos por dólar a la mitad del 2024.
Esto, de alguna manera, tendrá que poner focos amarillos en el momento de revisión y aprobación de la asignación presupuestal a efectuarse en 2024.
Y es que por diferentes circunstancias, nuestra moneda empieza a mostrar su nivel real y para sostenerla en niveles de 17 pesos, sería necesario seguirla subsidiando, cono hasta hace poco se mantenía.
Lo cierto es que esta depreciación acelerada, que ya alcanza 10 por ciento en solo 40 días, puede tener consecuencias financieras e inflacionarias. Lo primero que queda en entredicho, con todos los efectos internacionales de la situación financiera de Estados Unidos y las tensiones geopolíticas, es la viabilidad de los supuestos económicos para el 2024 que planteó el gobierno federal al Congreso.
Otro factor para tomar en cuenta, son las cifras de producción petrolera, que ayer mismo, el director de Pemex, Octavio romero Oropeza, mencionó durante su comparecencia en la comisión de energía de la cámara de diputados.
El directivo indicó que el volumen promedio para este año será de 1 millón 886 mil barriles diarios. Esto representa una disminución ante lo pronosticado en el Paquete Económico para este 2023, donde la Secretaría de Hacienda y Crédito Público había estimado una producción de 1 millón 955 mil barriles diarios.
A esto debemos sumar que en ese Paquete Económico se estimó una producción de 2 millones de barriles diarios de petróleo, en promedio, pero no se ha logrado esa meta y para el 2024, ahora se estima una producción promedio será de 1 millón 887 mil barriles diarios, esto significa el ingresos de menores recursos a la empresa Productiva más importante del país.
Por tanto, para mantener unas finanzas que permitan a Pemex no caer en calificaciones negativas, será necesario inyectar más dinero, algo que se sumara al billón 300 mil millones de pesos que ya se han inyectado a lo largo de estos cinco años.
Faltan dos meses y medio para culminar el año y posiblemente la meta, optimista, de cerrar este año con un crecimiento económico de 3 por ciento, será revisada a la baja y si corremos con suerte lograremos un crecimiento entre 2.7 y 2.5 por ciento, que resulta poco para las necesidades del país.
México entrará al 2024, con la urgente necesidad de obtener mayores recursos para cumplir con la conclusión de los obras 2capricho” de López Obrador, para asegurar los recursos de los diferentes programas sociales y para garantizar los recursos suficientes para evitar que recursos ilegales entren al ejercicio de los comicios del próximo año.
Deberemos esperar que los legisladores federales tomen en cuenta estos “focos amarillos” y opten por una prudencia para no aprobar el déficit que ha pedido el gobierno federal de un 5 por ciento del PIB, sino que aprueben un ingreso y gasto responsable para enviar mensajes tranquilizadores a los mercados para acompañar los tiempos de una inesperada turbulencia financiera global.