El debate es afuera.
Hacia adentro, los agentes de la Guardia Nacional (GN) se ven como paradigma de eficiencia, amor a la patria, orgullo nacional y todo lo positivo.
Y si no se satisfacen con el espejo, será porque no desean trabajar en la institución creada para gloria del Presidente y militarización del país.
La oportunidad de satisfacer a sus jefes se las dan los aproximadamente 150 mil cuestionarios impresos y repartidos este fin de semana con 13 preguntas facilísimas.
Se llama Encuesta de identidad y aceptación de la Guardia Nacional y está incluida en el enorme papeleo para seleccionar y basificar a todos los elementos.
Tal vez prueba innecesaria, pues se les supone identificados con la patria desde su ingreso a alguna de las instituciones de formación del Ejército y la Marina.
Mejor entremos en materia.
Pregunta 1: ¿Qué tan orgulloso(a) se siente de pertenecer a la Guardia Nacional?
Opciones de respuesta: Muy orgulloso(a), orgulloso(a), poco orgulloso (a).
¿Hay espacio para el error?
ESPEJITO, ESPEJITO…
Las demás preguntas pecan de simples.
Pregunta 2: ¿Qué tan orgullosa se siente su familia al saber que usted pertenece a esta institución?
Respuesta obvia.
Pregunta 3: ¿Por qué ingresó a la Guardia Nacional?
Opciones: Para servir a mi país, Para portar el uniforme, Para obtener un empleo.
Los demás puntos no ofrecen opción de titubeo para reprobar o poner en duda la vocación de servidores de la patria y protectores de la sociedad.
Por eso sólo se reproducen algunas de ellas y las respuestas son lógicas ante cualquier lógica o para cualquier parvulario:
–¿Qué representa para usted ser parte de la Guardia Nacional?
-¿Cómo es la relación con sus compañeros?
–¿Cuál es el trato que recibe de sus superiores?
-¿Qué siente al saber que la Guardia Nacional participan (sic) en los proyectos prioritarios del Gobierno federal?
-¿Qué siente que el personal de la Sedena y Semar integren la Guardia Nacional?
-¿Qué siente al portar el uniforme de la Guardia Nacional?
Ni modo de disentir o denunciar a un superior.
VISITA A 2 AMIGOS
1.- La visita presidencial a Quintana Roo estaba prevista para el próximo fin de semana.
Pero el Presidente decidió adelantarla para despedir -o darle la bienvenida- a su futuro colaborador y prometer apoyos a quien ha encomendado por seis años el manejo de la entidad.
Carlos Joaquín se retiró de la gubernatura con agradecimientos antes de viajar a Canadá, y Mara Lezama lo relevó con promesas de progreso económico y prosperidad compartida.
Y todos felices.
Y 2.- Otro gobernante que se va, el oaxaqueño Alejandro Murat, llevó a la ONU su estrategia certificada por el Coneval: la disminución de la pobreza.
Lo escucharon mandatarios y ministros de varios países, a quienes entregó un dossier con datos específicos y comprobables.
También se reunió con el presidente español Pedro Sánchez para hablar sobre los procesos de digitalización mundial y a los cuales se suma Oaxaca con el fin de disminuir la brecha científica, económica y social.