Estira y afloja
Después de 17 años de investigación, incluso con helicóptero desde Tamaulipas a Chiapas, de realizar estudios geológicos y geofísicos, y de analizar muestras de suelo y de piedra, Minera Gorrión se convertirá en la primera empresa minera metálica (oro y plata) en el estado de Puebla.
El geólogo mexicano de 36 años Daniel Santamaría me dice orgulloso: “Uno de cada mil proyectos se convierte en una mina, y éste es uno de mil”. Ya se invirtieron 40 millones de dólares y para su desarrollo canalizarán 117 millones de dólares más; la vida útil es de 14 años.
Minera Gorrión es filial de la canadiense Almaden Minerals con 30 años de experiencia en “minería responsable”; cotiza en las bolsas de Nueva York y de Toronto. El tercer informe de prefactibilidad de 2017 identificó un yacimiento con reservas probadas y probables de 65 millones de toneladas de mineral con promedio de 0.62 g/t de oro y 37.8 g/t de plata.
La mina se ubica en la Sierra Norte de Puebla, en el municipio de Ixtacamaxtitlán, a 25 kilómetros del Parque Industrial Xicoténcatl, donde viven 25 mil habitantes. La zona de influencia abarca 10 comunidades con mil 500 personas y es una zona de alto grado de marginación donde 80 por ciento se dedica a actividades primarias, ganadería y agricultura. No hay bosque, el terreno es semiárido y no hay agua.
“Somos la primera y única empresa que nos acercamos a la comunidad. Tenemos los permisos de exploración y el manifiesto de impacto ambiental y estamos en espera de cumplir todos los procesos legales para empezar a producir en 2020. Generamos 75 empleos locales y serán 400 para la etapa de construcción. En operación habrá 430 permanentes”.
Daniel Santamaría me comenta que el estudio de prefactibilidad prevé una contribución de 248 millones de dólares en impuestos, que incluye 55 millones para el estado de Puebla y 35 millones para el municipio.
Asegura que están próximos a obtener el Código Internacional para el Manejo del Cianuro (ICMC) y que el proyecto contempla un sistema de presas de almacenaje, con posibilidad de suministrar 2 mil metros cúbicos diarios de agua a la población cuenca abajo. La mina no considera la extracción ni uso de aguas subterráneas, solo la de lluvia.
“Con ingeniería ambiental hicimos cálculos sobre la lluvia en la zona, y si ponemos una presa atrás del tajo minero, podemos capturar suficiente líquido para el proyecto minero y atender a la comunidad. Cuando termine la producción, se donará la infraestructura a las autoridades”.
Mañana le platico más.
jesus.rangel@milenio.com