Estira y aflojaLos líderes productores de maíz de Estados Unidos elevaron de nivel su disputa con México por el veto a las importaciones de maíz transgénico en 2024, y le pidieron al presidente Joe Biden que el tema sea central en la reunión que sostendrá el 9 de enero con el presidente Andrés Manuel López Obrador y el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, con el objetivo de que se retire por completo el decreto mexicano o se presente una disputa comercial bajo el T-MEC.
El miércoles entregaron su petición a través de una carta, el presidente de la Asociación Nacional de Cultivadores de Maíz encabezados por Jeremy Wilson, y los dirigentes de las agrupaciones de Productores de Maíz y Granos de Georgia, Alabama, Illinois, Indiana, Iowa, Kansas, Kentucky, Luisiana, Maryland, Michigan, Minnesota, Missouri, Nebraska, Nueva York, Carolina del Norte, Dakota del Norte, Ohio, Pensilvania, Carolina del Sur, Dakota del Sur, Tennessee, Texas y Wisconsin.
De nada han servido los acercamientos oficiales de ambos países para estudiar a fondo el caso, y ante la amenaza presidencial de poner fin a las compras de maíz transgénico estadunidense, los dirigentes pidieron que se faculte a la embajadora Katherine Tai, representante comercial de EU y al secretario de Agricultura, Tom Vilsack, a establecer un cronograma “firme y rápido” con México para negociar, bajo el señalamiento de que no se acepte ninguna prohibición a “cualquier forma de maíz biotecnológico, incluido el maíz blanco que se utiliza para el consumo humano”.
Los productores le dicen al presidente Biden que “un embargo comercial al maíz biotecnológico ignoraría la ciencia y retrocedería el reloj un cuarto de siglo en ganancias ambientales. Décadas de ciencia muestran que el maíz biotecnológico es seguro para nosotros, que es revisado por la Administración de Alimentos y Medicinas y por agencias reguladoras de todo el mundo, porque ahorra dinero, reduce el uso de insecticidas y las emisiones de carbono. Esta tecnología permite a los productores de maíz plantar semillas resistentes a las condiciones extremas del clima causadas por el cambio climático”.
Precisaron que la prohibición a cualquier forma de maíz biotecnológico tendría “un gran costo” para los productores de Estados Unidos y afectaría negativamente a México al elevar la inseguridad alimentaria y encarecer los alimentos básicos como el maíz, la carne, la leche, el huevo.
“Hoy en día las solicitudes de exportación de alimentos y piensos biotecnológicos están siendo retrasadas o rechazadas por las autoridades reguladoras mexicanas. Este sistema regulatorio que no funciona, retrasa la comercialización de cultivos biotecnológicos más nuevos y ambientalmente sostenibles, negando a los agricultores el acceso a nuevas tecnologías y la productividad que tanto necesitan”.
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