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Israel está implementando un programa acelerado de vacunación contra el COVID-19, de tal forma que 48 por ciento de la población (9 millones de personas) recibirá una primera dosis en cinco semanas. El objetivo de las autoridades sanitarias del país es vacunar a 80 por ciento de la población para finales de mayo.

Pero también se han planteado dudas sobre la forma en que se ha llevado a cabo el plan de vacunaciones. Entonces, ¿qué se puede aprender de la experiencia de Israel?

Acuerdo con Pfizer
El gobierno israelí llegó a un acuerdo con la farmacéutica estadounidense para garantizar una distribución exprés de su vacuna a cambio de proporcionar la edad, el sexo y los datos demográficos anónimos de las personas inoculadas. Esto es posible por el hecho de que Israel tiene un sistema de salud universal y cada persona tiene un registro de salud digitalizado.

El país también cuenta con la infraestructura sanitaria y la logística necesarias para entregar las dosis. Los territorios ocupados, mientras tanto, tienen un sistema de salud diferente.

La evidencia preliminar del reparto de la vacuna nos está dando una idea sobre su efectividad. Después de 14 días, un grupo de personas que había recibido una dosis mostró 33 por ciento menos de infecciones que un grupo no vacunado. Se trata de un nivel de protección decepcionantemente bajo, aunque el Ministerio de Salud israelí señaló que hay que esperar para conocer el impacto protector definitivo.

Problemas de privacidad
Alguna cláusula del acuerdo con Pfizer también ha planteado problemas de privacidad. En una emergencia de salud pública, la recopilación de datos demográficos es esencial para ver qué funciona y qué no.

Pero sigue siendo una cuestión importante saber si los datos individuales deben compartirse, sin consentimiento explícito, con empresas con fines de lucro, especialmente porque la información sobre 140 mil pacientes con el virus SARS-CoV-2 ya se ha compartido con Shin Bet, la agencia de seguridad de Israel, sin la debida aprobación y autorización.

Precio de las vacunas
Otro aspecto del acuerdo que hay que considerar es el costo de la operación. Los detalles completos no están disponibles, pero los informes sugieren que el acceso prioritario a la vacuna ha tenido un premio más alto que lo que están pagando la Unión Europea y Estados Unidos.

El gobierno de Israel defiende que el precio total pagado por las vacunas es equivalente a lo que cuestan solo dos días de confinamiento y, por lo tanto, vale la pena. El pago de la prima puede cambiar la prioridad de entrega dentro de Israel, pero, dado el tamaño del país, no necesariamente afectará al mercado global. Sin embargo, si otros países también comienzan a romper filas, el mercado mundial de vacunas se verá gravemente afectado.

EL FINANCIERO