El orgasmo femenino es un misterio. También para los científicos, que desde los tiempos de Aristóteles tratan de buscar una explicación -evolutiva- a esa sensación de euforia que ni es necesaria para la reproducción ni, además, es experimentada por muchas mujeres, pero que, en cambio, es un proceso neuroendocrino tan complejo que hace imposible que sea, simplemente, un “accidente” evolutivo.
¿Qué sucede en el cerebro de una mujer cuando tiene un orgasmo? ¿Es la actividad cerebral durante un orgasmo diferente del período de intensa excitación sexual que precede inmediatamente al orgasmo? ¿Hay alguna diferencia si la mujer se masturba o es estimulada por su pareja? Un estudio llevado a cabo por un equipo de la Universidad de Rutgers en Newark y publicado en The Journal of Sexual Medicine en 2017 utilizó imágenes de resonancia magnética funcional para proporcionar respuestas a estas y otras preguntas sobre cómo se desarrolla la excitación sexual y el orgasmo en el cerebro de una mujer.
Durante mucho tiempo, asumimos detalles sobre el orgasmo femenino en función de su contraparte masculina. Y solo desde 2011 hemos podido trazar un mapa de lo que sucede en el cerebro de las mujeres durante la estimulación sexual. Así que aún hoy, en el marco del Día Internacional del Orgasmo Femenino, hay mucho sobre lo que ocurre en el cerebro femenino durante el orgasmo que queda por explorar.
“Hay muchas cosas que todavía no entendemos sobre los orgasmos”, explica Barry Komisaruk, neurocientífico de Rutgers y autor principal del estudio. Como dijo en diálogo con la revista científica New Scientist Julia Heiman, investigadora sexual de la Universidad de Indiana, “la cantidad de especulaciones frente a los datos reales sobre la función y el valor del orgasmo es notable”.
Los estudios de Komisaruk han demostrado que tanto en hombres como en mujeres que se acercan al orgasmo, se produce una serie predecible de eventos en el cerebro. No es sorprendente que, a medida que se produce la estimulación sexual, se activen las regiones del cerebro que se sabe están involucradas en el procesamiento de nuestro sentido del tacto. A partir de ahí, sin embargo, una serie de áreas cerebrales aparentemente no relacionadas, como el sistema límbico (involucrado en la memoria y las emociones), el hipotálamo (involucrado en el control corporal inconsciente) y la corteza prefrontal (involucrada en el juicio y la resolución de problemas), se unen en, con uno tras otro mostrando niveles elevados de activación. Para cuando realmente experimentas un orgasmo, “se activan más de 30 sistemas cerebrales principales”, advierte Komisaruk. “No es un evento local y discreto. No hay un ‘centro de orgasmo’. Está en todas partes”.
Pero, comencemos desde el principio. El orgasmo o clímax es la descarga repentina de la tensión sexual acumulada, durante el ciclo de la respuesta sexual, resultando en contracciones musculares rítmicas en la región pélvica caracterizadas por el placer sexual. Para Walter Ghedin, médico psiquiatra y sexólogo, el orgasmo puede definirse como “la duración y el número de contracciones varían de una mujer a otra y en cada relación sexual. Sin embargo, en resumen, el orgasmo es una respuesta fisiológica, emocional y social que une el cuerpo a la capacidad de gozar la experiencia sexual”.
Si bien existen algunas diferencias fisiológicas claras entre los orgasmos femeninos y masculinos (los orgasmos femeninos duran aproximadamente 20 segundos, en lugar de 10, por ejemplo), los experimentos en el laboratorio de Rutgers y en otros lugares han demostrado que en el cerebro, un orgasmo es un orgasmo, independientemente de el sexo de alguien. “Vemos todas las mismas regiones activadas”, dice Komisaruk. Una investigación de tomografía por emisión de positrones realizada en la Universidad de Groningen en los Países Bajos ha llegado a la misma conclusión.
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