En las alturas del poder se habla de otro reacomodo.
Movimientos en niveles medio de varias estructuras sin afectar a los actuales titulares y mucho menos modificar las políticas sectoriales.
Hay una razón de fondo para no cambiar: en Palacio Nacional hay satisfacción plena con lo realizado hasta ahora y así seguirá la administración.
Si hay inconformidad social en algo, la culpa es de otros, como ha responsabilizado el Presidente en temas de seguridad y justicia a los estados.
Por ejemplo, dijo el 19 de octubre de los fiscales:
“Esto lo tienen que resolver las autoridades locales y tener un poco de vergüenza, porque si ya llevan seis años y no hay buenos resultados, pues hay que tener dignidad y decir ‘ahí está mi renuncia’, ya me voy’”.
Bueno, este Gobierno cumplió 4 años el 1 de diciembre.
Dos fiscales en especial escuecen al Presidente:
El guanajuatense Carlos Zamarripa, a quien echó encima inclusive a la Unidad de Inteligencia Financiera sin encontrar elementos para procesarlo.
Y el morelense Uriel Carmona, contra quien no han podido él y el gobernador Cuauhtémoc Blanco, para proceder contra el exmandatario perredista Graco Ramírez.
En síntesis, no se habla de cambios en el gabinete ni de modificación de estrategias.
PARTIDO Y CANDIDATURAS
El objetivo es otro.
Se trata de proyectar desde ahora, mayoritariamente tabasqueños, a quienes ocuparán funciones importantes más adelante en este sexenio o el próximo.
Algunos incondicionales, como Adán Augusto López, tienen autonomía para reforzar su equipo y operar de manera más eficiente en momentos complicados.
Porque las elecciones del 2023 y 2024 no serán tranquilas en ninguno de los escenarios, si el lopezobradorismo se reafirma o la oposición se fortalece.
La tabasqueñización también lleva a fortalecer la estructura del partido oficial con cuadros para dirigirlo o bien para ser postulados como candidatos a diferentes cargos.
Los más destacados en esas posiciones serán los candidatos a gobernadores, senadores y diputados, mientras otros competirán por cargos más locales: alcaldías, regidurías y diputaciones estatales.
Esa será la trascendencia de anuncios secundarios a partir de la segunda mitad de diciembre y principios de año, siempre con López Obrador al timón.
INFORMES Y PROYECCIONES
A propósito, ¿alguien ha dado seguimiento a informes legislativos?
Alejandro Armenta, presidente del Senado, mostró el fin de semana su convocatoria y capacidad unificadora para ser candidato en Puebla.
Como todos los demás senadores morenistas -y algunos opositores-, estuvo acompañado por el jefe del control político de ese cuerpo legislativo, Ricardo Monreal.
Falta ver si con consecuencias, porque en 2019 ese apoyo pesó para las elecciones extraordinarias tras la sospechosa muerte de la gobernadora Martha Érika Alonso y el senador panista Rafael Moreno Valle.
Quien debe tener futuro es Mario Llergo: rindió su informe cobijado por el gobernador Carlos Merino, Mario Delgado, Ignacio Mier y muchos morenistas mayores.
Es gente de Adán Augusto López y se le perfila para el INE o su sucedáneo cuando Lorenzo Córdova deje de ser consejero presidente en abril próximo.