COMPARTIR

Loading

La reforma fiscal que prepara el gobierno federal ha empezado a dar signos de hacia dónde se enfocará y es precisamente Raquel Buenrostro, directora del Sistema de Administración Tributaria (SAT), que ha perfilado este camino y ha señalado que se buscara la adecuada cobranza de impuestos a los grandes contribuyentes, combatir el contrabando y la ilegalidad, todo esto en coordinación con la Procuraduría Fiscal.

Esto podría aportar una tributación cercana a los 200 mil millones de pesos anuales basados en resultados que dio la presión ejercida durante el 2020 a las grandes empresas que mantenían adeudo con el fisco y que se convirtió en un monto de recaudación de 60 mil millones de pesos, mediante acuerdos creados ex profeso con las grandes empresas.

Por lo tanto, la modificación principal a la reforma fiscal se enfocará en la forma en la cual pagan estos grandes contribuyentes que, en muchos de los casos, han logrado disminuir el pago real a través de la utilización de vacíos fiscales que permite la actual reforma fiscal.

Buenrostro ha afirmado que se enfocara principalmente en 40 ramas económicas, como el sector automotriz donde entran las armadoras y distribuidoras de automóviles, refacciones para automóviles y camiones; el sector financiero, donde se encuentran las casas de bolsa, aseguradoras, sociedades financieras, de inversión y afianzadoras: el sector farmacéutico, desde laboratorios y distribuidoras de medicamentos hasta perfumería,

De tal forma que estas grandes empresas paguen el impuesto adecuado para que el Estado pueda obtener recursos que permitan la inversión para ofrecer los servicios suficientes a la población del país.

Para justificar esto, Raquel Buenrostro presentó ayer su estudio sobre tasas efectivas de Impuesto Sobre la Renta (ISR), que representa lo que realmente deben pagar estas empresas y les recomendó que se autocorrijan y presenten sus declaraciones anuales complementarias.

En este punto, Buenrostro enfatizo que la tasa del ISR es de 30 por ciento, pero que con deducciones que de antemano califica de indebidas; de planeaciones fiscales agresivas y que califica como defraudación fiscal, y de interpretaciones legales, han pagado desde el 2017 hasta la fecha tasas que van desde 1.33 por ciento en2017 hasta 1.65 por ciento en 2020.

Estas tasas contrastan mucho con las que pagan las personas físicas con actividad profesional o empresarial que van desde un 25 hasta un 33 por ciento y con el 11.4 por ciento que pagan los asalariados.

La visión del SAT está enfocada principalmente en el pequeño porcentaje de contribuyentes que pueden dejar mayor porcentaje de los ingresos, porque esto ya dio resultados en el 2020, año en el cual la economía cayó más del 8 por ciento, sin embargo, la recaudación fiscal creció de manera importante.

Es cierto que en México la economía informal también es un problema y que un cobro adecuado a este sector podría agregar ingresos, pero serian menores a los que hasta ahora se han obtenido.

Porque si resultan correctos los cálculos que hace el SAT, es probable que el mayor problema a resolver sea el pago adecuado, justo y legal que deben pagar las grandes empresas.

Para en verdad obtener porcentajes mayores de recaudación y no solo este supeditado a los impuestos que pagan las clases medias, que hasta el momento ha sido el factor principal en la recaudación nacional.