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La verborrea que utiliza en las mentadas mañaneras, donde critica a sus “adversarios” a los que considera “enemigos”, significa una afrenta muy grande para todo aquel que tenga un poco de sentido común.

El lenguaje que utiliza el presidente es ofensivo, no corresponde a un mandatario que aprecie y merezca serlo. ¿No se dará cuenta que está poniendo en riesgo a quienes ofende y denigra constantemente?

Yo creo que sí se da cuenta. Él sabe que exaltar los ánimos le funcionó por muchos años, y ya en el poder lo sigue haciendo tratando –más que para convencer- de distraer la atención hacia los problemas reales que enfrenta el país.

Uno de ellos, la pandemia mal atendida que está arrojando un saldo de fallecidos, por demás preocupante. La manera de enfrentar la problemática de salud ha sido verdaderamente deplorable, inhumana, lamentablemente, que tendrá que ser juzgada con precisión cuando se haga el recuento de los daños.

Minimizó el problema del Covid-19 porque necesitaba utilizar los recursos en sus caprichos. Jamás le han importado los contagiados, menos aún, proporcionar el equipo necesario y los insumos a los hospitales que tanto lo requerían.

Ha considerado más importante llevar a cabo sus planes, sus proyectos personales, para satisfacer su ego, que brindar protección al personal de la salud que se ha jugado la vida desde el inicio de la pandemia.

¿En verdad cree que con condecoraciones y aplausos es suficiente?

¡Por supuesto que no! Habrá que preguntárselo a familiares de quienes han fallecido en cumplimiento de su deber.

¿Nos han mentido? ¡Claro! Y de una manera descarada. ¿Realmente se iba a vender el avión? Siempre se dijo que ese avión no se podía vender. ¿Y la rifa? Un verdadero fraude, nadie sabe, nadie supo.

O tal vez sí, porque de lo que sí estamos conscientes es que el avión ahí sigue y seguirá, sin usarse porque es “demasiado” lujo.

Más que lujo ha sido un derroche el mantenerlo sin darle uso y todo ¿Para qué? Para exhibir las supuestas corrupciones del pasado.

Bien dicen que más pronto cae un hablador que un cojo y es muy cierto.

La polarización ha llegado a las instituciones. En el instituto para Devolver al Pueblo lo Robado, la carta de renuncia de su titular, Jaime Cárdenas, ha puesto al descubierto que en el gobierno de la 4T también hay corruptelas.

Hizo muy bien el funcionario en exponer las razones de su renuncia de manera clara y precisa. Su lealtad es con las instituciones. Así debe ser.

La corrupción no se puede terminar si no se combate con honestidad, sin cubrir a los corruptos sólo porque están de un lado. En la lucha contra las corruptelas no sólo es señalar a los que se fueron sino probar que lo hicieron. De esa manera el país saldrá ganando.

Ganando en credibilidad, en confianza. Más aún cuando se castiga a los del nuevo gobierno que incurren en esas prácticas añejas que tanto han dañado a nuestro país.

No pocos se preguntarán ¿Qué estará sucediendo con los proyectos, caprichos del presidente López Obrador? ¿Se entregan cuentas claras? Es pregunta, que conste.

“Devolverle al pueblo lo robado” ¿Cuándo y cómo? Suena a una mala broma ¿No cree usted?