La forma en la cual Morena pretende combatir la desconfianza que empieza a aparecer en millones de personas sobre seguir votando por este Partido Político o Movimiento, sigue siendo débil y pone a Morena en la posibilidad de perder la mayoría en el Congreso de la Unión y algunas gobernaturas y sus congresos locales que estarán en juego en el 2027.
Se habla de nuevas reglas para poder afiliarse a Morena, pero la pregunta es, ¿estas mismas reglas se aplicarán a quienes ya están afiliados? O solamente a quienes a partir de ahora lo quieran hacer.
Y es que muchos de los morenistas, no cuentan con un pasado excelente y otros tantos están mostrando un presente que ensucia lo que ellos llaman sus conceptos fundamentales del partido o movimiento “No mentir, no robar y no traicionar”.
Afortunadamente para Morena aún hay espacio suficiente para intentar lavar la imagen que ha ido creciendo en el ánimo de los votantes. Y esto significa realizar una verdadera limpia de su militancia.
Lo lamentable es que muchos de los militantes, se sienten protegidos por manifestar que son fundadores del Movimiento y algunos otros que son cercanos al Mesías del movimiento, por lo que será muy difícil sacar a personajes que bajo estas narrativas sigan demostrando malas actitudes y mal comportamiento.
La estrategia establecida en Morena debería reflejarse en el gobierno federal y Claudia Sheinbaum debe empezar a realizar ajustes en su gabinete para poder contar con un número mayor de colaboradores cercanos a ella y no a su antecesor, una herencia que dejo el oriundo de Macuspana.
Sheinbaum Pardo ha ido lidiando con ello pensando en su gobernabilidad, pero asumiendo que la herencia es de quien fue fundamental para que ganara las elecciones.
Con esto tanto Luisa María Alcalde como dirigente nacional de Morena y Sheinbaum Pardo se enfrentan a una serie de personajes que a partir de la “cercanía” con el Mesías, han establecido su poder en los estados y estos serán quienes opinarán sobre los posibles candidatos y no Luisa María y mucho menos Claudia Sheinbaum.
Ambas mujeres, Alcalde y Sheinbaum, saben que estar en el puesto que desempeñan fue por decisión del Mesías y querer echar atrás la estrategia implementada por este para colocar en el 2030 a uno de su hijos en la presidencia, será muy difícil, porque en ello va el apoyo de esos personajes que han actuado sin rubor alguno empañando la imagen de Morena.
Tanto Alcalde como Sheinbaum entienden esto y por ello actúan con poca fortaleza y esperan que el tiempo arregle esos inconvenientes y esperando la oportunidad para poder realizar los cambios suficientes para establecer su fortaleza como lideres de partido y de gobierno federal.
Lo que es un hecho es que muchos militantes están causando problemas mayores y perjudican al movimiento y a la presidencia, porque los desplantes de Fernández Noroña, sumadas a las actitudes de los coordinadores parlamentarios solo muestran que dentro de Morena todos trabajan para crear sus cotos de poder y no para una estrategia que permita al país salir adelante.
En Morena muchos de sus militantes trabajan para ellos mismos y en el gabinete sucede los mismo. Esto hace ver a la gente que no existe un objetivo común y por ello las acciones y declaraciones de muchos militantes que rompen con el objetivo como Movimiento o partido.
No se sabe si se aplicaran las nuevas normas al interior de Morena y si en el gabinete habrá un cambio significativo para Sheinbaum. Pero lo definitivo es que si no existen esos cambios simplemente se mostrará que Morena encubre a quienes no debería hacerlo y que en la presidencia solo se espera cumplir con el encargo sin asumirlo en su totalidad.
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