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Ni con todas las Fuerzas Armadas, Guardia Nacional incluida.

Y tal vez ni con todo el presupuesto sería posible cubrir las necesidades de protección a candidatos a cargos electorales de junio próximo.

Cálculos preliminares estiman en 100 mil el número de abanderados desde la Presidencia de la República hasta regidores municipales.

¿Cuánta gente necesitan para garantizar su integridad?

Fácilmente medio millón de guardias.

Vea usted:

El protocolo del Gobierno federal divide en tres las zonas del país donde potencialmente corren algún riesgo: alto, medio y bajo, y el personal asignado depende precisamente de esas características.

Si la región es muy peligrosa –alto riesgo en el argot usado por las autoridades- se necesitará una nube de elementos, armas, vehículos, equipos y otros avituallamientos.

Exactamente diez soldados y ocho vehículos para cada uno.

Si el riesgo es menor –medio, en el lenguaje especializado-, las necesidades también disminuyen, pero no tanto: ocho soldados y tres vehículos.

Y si se le considera de bajo riesgo en idea simple, porque el INE no ha presentado el mapa de riesgo reclamado por los partidos, solamente le serán asignados dos militares y un vehículo a cada solicitante.

CARGA A ESTADOS

Hasta aquí hablamos de candidatos a cargos federales:

Tres a la Primera Magistratura, pero una cantidad multiplicada para los demás porque hay varios pretendientes para cada una de las 128 senadurías y las 500 diputaciones.

Si la operación fuera elemental, hablaríamos de los dos frentes -el del gobierno y el de la oposición- más Movimiento Ciudadano (MC), lo cual triplica la demanda: 628 por tres, o sea mil 884 candidatos.

Con lo infinito de esta demanda, ese número resulta insignificante ante quienes buscan alcanzar alguna de las nueve gubernaturas -la Ciudad de México incluida-, diputaciones locales, presidencias municipales, regidurías, etcétera.

Está claro: el ámbito federal lo atienden Ejército, Marina, Guardia Nacional y la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, pero en lo local corresponde a estados y municipios.

¿De dónde?

Ellos sabrán cómo rascarse, porque desde el centro se les responsabiliza y si fallan, sufrirán una embestida como el gobernador Diego Sinhue y el fiscal Carlos Zamarripa tras el crimen de Gisela Gaytán.

Con un efecto colateral: para brindarles protección a esos privilegiados sería necesario quitar a la población en general policías, patrullas, vehículos y un sinfín de recursos.

-Un dilema sin solución de fondo -y mi fuente resume en un visaje su preocupación porque las Fuerzas Armadas están dedicadas a mil tareas y no disponibles para esta violencia política emergente.

ESTADO DE ÁNIMO

Se especula mucho.

Claudia Sheinbaum está confiada en su ventaja, Xóchitl Gálvez, su esperanza de sorprender, y el fosfo fosfo, Jorge Álvarez Máynez, dispuesto a su papel secundario y golpeador.

Lo único trascendente del debate sería sembrar alguna semilla para modificar un estado de ánimo social diferente rumbo a las elecciones de junio próximo.

Si ninguno de los tres sorprende las tendencias serán manipuladas, e igual pendientes de la percepción del desenvolvimiento presidencial a favor y en contra.

@urenajose1