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Mucho se ha hablado de lo que ha estado pasando con los escándalos que han envuelto al Senador Adán Augusto López Hernández, Coordinador del Grupo Parlamentario mayoritario de Morena en dicha Cámara, relacionados con quien fue su jefe de Seguridad Pública del Estado de Tabasco, Hernán Bermúdez Requena, cuando el ahora senador fue gobernador de dicho estado, al haber sido imputado por denuncia del actual gobernador de ser el líder del llamado “Cartel de la Barredora”, así como el hecho de que aparece su nombre en la red de acciones criminales cometidas con el contrabando de combustibles, según las investigaciones de la Fiscalía General de la República, y, más recientemente, el escándalo continúa con lo que el senador ha declarado de ingresos, habiendo pagado una irrisoriamente pequeña suma de impuestos.

Al respecto, ha habido de parte de la presidente de la República Claudia Sheinbaum, reacciones diversas, primeramente, sus reacciones han sido de negación de la responsabilidad del senador López Hernández, con su clásico que “presenten pruebas”.

Las reacciones de los comentócratas han sido, unos de alabar a la presidente diciendo de que ahora sí se están persiguiendo los actos ilegales de los servidores públicos, sobre todo, cuando se han denunciado a altos mandos de la marina relacionados con el anterior Almirante Secretario de la Marina en el mandato del expresidente López, al ser sus sobrinos políticos; y otros comentarios han ido en el sentido de que la presidente se quiere “sacar” del escándalo que esto representa para la imagen del régimen.

¿Qué está pasando con Morena y su régimen?

Hay varias hipótesis, destacaré las más importantes:

  1. La presidente Sheinbaum quiere guardar la cohesión de su movimiento, considerando que el mismo se ha basado principalmente en la figura de AMLO, pero, por otro lado, quiere gobernar usando su propio criterio, pero se topa con fuertes resistencias provenientes de lo interno del régimen, como desde el exterior del gobierno, que desean imponer sus propios intereses, incluyendo los del propio AMLO, los de sus hijos, y de ahí, toda la red de intereses que hay en Morena y sus aliados. Por el otro lado, el régimen se ha aliado con múltiples factores de poder que no necesariamente están aliados con la presidente.
  • La presidente se quiere deslindar de AMLO e independizarse completamente de él, pero encuentra fuerte resistencia tanto de AMLO, de sus hijos y de los múltiples liderazgos de Morena que le deben lealtad a AMLO. Considero que este escenario es el más difícil, pero, debemos de considerar que existen innumerables antecedentes históricos de situaciones similares, y normalmente, el presidente en turno es el que sale ganando.
  • Quizás ninguno de los dos antes mencionados escenarios sean los que existan, sino una especie de combinación de ambos; el que la presidente quiera mantener el movimiento activo y operando, pero quiera ella introducir cambios sin romper con AMLO y sus intereses.

Conclusiones:

  1. Morena realmente no es un partido político, sino un movimiento que se amalgamó por AMLO, por lo que su unidad es muy endeble.
  1. La situación antes mencionada hace muy vulnerable a Morena de loa avatares derivados de los choques de poderes que se pueden generar por una crisis en el Partido, por lo que puede generarse un serio resquebrajamiento en el régimen.
  1. El problema de ello es que no hay una clara oposición que se pueda beneficiar de una crisis del régimen, por lo que se puede generar una gran volatilidad en el poder en México, que puede derivar en un verdadero caos. Esto se puede desacerbar con una crisis económica derivada de la deuda pública que caiga en una falta de manejo de ella que devenga en una gran depresión de nuestra economía.