ESTIRA Y AFLOJA
El general de división David Córdova Campos, oficial mayor de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), le envió una tarjeta informativa al general secretario Luis Cresencio Sandoval el 2 de agosto sobre el proceso de contratación de la póliza de seguros de la flota aérea para el periodo 25 de agosto de este año al 25 de agosto de 2020 que, como lo he señalado aquí, huele a corrupción.
Le dijo que con base en los resultados de la investigación de mercado realizada por la comandancia de la FAM, que encabeza el general Manuel de Jesús Hernández, y la Dirección General de Administración de Sedena, a cargo del general brigadier Arturo Coronel Flores, se determinó la adjudicación directa electrónica nacional porque la “contratación mediante licitación pública pone en riesgo la seguridad nacional”, y solicitó autorización para que se realice el 6 de agosto. Esto fue después de la licitación que se hizo y se declaró desierta.
El 3 de agosto el subjefe administrativo de Sedena, general de brigada Ricardo Trevilla Trejo, le envió una tarjeta a Córdova Campos donde le aseguró que “por orden del C. General Secretario de la Defensa Nacional… me permito informar a esa superioridad que el Alto Mando acordó: ‘…CLR…’”, o sea, “como lo recomienda”, iniciar el acto jurídico del 6 de agosto con un techo presupuestal de mil 29 millones 252 mil 726.14 pesos.
No le dicen que el 1 de agosto el coronel Flores le comunicó por escrito al Oficial Mayor que “por acuerdo del C. General Secretario de la Defensa Nacional” se autorice el procedimiento de contratación de la póliza de seguros por un total de “49 millones 966 mil 427.57 dólares”. Casualmente es la cifra propuesta por Seguros Atlas, la ganadora de la póliza el 9 de agosto a pesar de estar inhabilitada y de que el costo es mayor al ofrecido por Seguros Inbursa.
La póliza es contra todo riesgo de pérdida o daño físico que incluye refacciones de aeronaves, motores, equipo terrestre, daño moral, responsabilidad legal a terceras personas, cubrir a pasajeros civiles y militares así como tripulantes, y el “casco de guerra”, que son los riesgos de operaciones militares. De acuerdo con información de Seguros Inbursa, la siniestralidad de la Fuerza Aérea Mexicana del 25 de agosto del 2017 al 14 de marzo de 2018 aumentó 448 por ciento y en 201 días se pagó un monto por siniestros de 58 millones 72 mil 289 dólares.
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