Número Cero/ EXCELSIOR
Las presiones de grupos de distintas causas heredadas e irresueltas encuentran temprano el gobierno de Sheinbaum y complican su agenda en temas de seguridad, salud o laborales. La “luna de miel” del inicio del mandato se aleja de su mejor momento por la turbulencia de reformas y de amenazas externas, aunque también empujan a reconocer su propio camino.
El bono electoral por su triunfo arrasador le dio un amplio capital político para impulsar las reformas de López Obrador y proyectos e iniciativas suyas en sus primeros cinco meses, con un rédito de alta popularidad. Al inicio, todos quieren situarse del lado del vencedor, otros dan el beneficio de la duda; y la ganadora, a estirar su arrastre para consolidar los cimientos de su gobierno. ¿Sheinbaum ya alcanzó ese piso?
De por sí ese momento no puede mantenerse indefinidamente. Se trata de un crédito intangible y muy sensible al movimiento inestable, desordenado o incertidumbre, como experimenta el país por los vientos huracanados que soplan del norte; aunque, hasta ahora, su liderazgo ha capoteado el temporal con una posición firme y serena que le granjea reconocimiento internacional. Pero también aparece el cobro de deudas sociales internas que legó su antecesor; además del costo de iniciativas que le han frenado los liderazgos de su partido en el Congreso, como la del nepotismo.
No obstante, la fuga de capital político comienza a saltar con movilizaciones de maestros contra una reforma al ISSSTE que consiguen parar o que ella prefiere bajar para evitar daños inesperados que acoten su conducción en momentos turbulentos e, incluso, la decisión de la CNTE de mantener su protesta con acampada en el Zócalo hasta cumplirse sus demandas laborales, que no se veía hace tiempo. Pero no es el único grupo que eleva la presión y resta del bono que había otorgado para calar a su gobierno, y que ahora exige respuestas para retenerlo. El clamor de grupos de buscadores de desaparecidos también desafía a la mandataria con el reclamo de su reconocimiento y cambios a la Comisión Nacional de Búsqueda ante la barbarie en Teuchitlán. Las denuncias de los colectivos sobre la operación de un centro de adiestramiento y exterminio en Jalisco fueron desoídas por autoridades estatales, como reclama el fiscal Gertz, por omitir investigarlas por más de seis meses. Las expresiones de molestia de estos grupos trastocan su agenda, que apenas se detenía en las desapariciones. El temor a que una crisis mal manejada de Teuchitlán acompañe su sexenio como Ayotzinapa al de Peña Nieto parecen convencerla de romper con el estilo de respuestas negacionistas de su antecesor y de reorientar la política de seguridad. No se trata de la crítica torpe de falta de deslinde con López Obrador de la oposición, sino de conducir su propia ruta en la Presidencia ante nuevas realidades.
Una muestra de ello es que los colectivos de buscadores lograron disuadir de una nueva estrategia y elevarla a prioridad nacional, cuando antes estaban ausentes de su agenda. Su irrupción ha sido un golpe a la narrativa de éxitos en seguridad pública que construía con la reducción de la tasa de homicidios en el país, pero también es una oportunidad de aplicar nuevos enfoques. Respecto a los sindicatos, su repuesta también es distinta a las de antes de declararlos adversarios o contestar con la inexistencia del problema. Si la cercanía con los maestros parecía querer reproducir viejas prácticas corporativas, ahora la confrontación devuelve las posibilidades a la disidencia magisterial. Y, por si faltara, las empresas de proveeduría de medicinas también llevan a tribunales denuncias de irregularidades en la mayor licitación pública con un nuevo modelo de adquisiciones que promete cero corrupción. Aquí también su contestación ha sido diferente con el reconocimiento de sobrecostos y ordenar una investigación a la empresa estatal Birmex, a pesar de que fue protegida el sexenio anterior.
El camino de Sheinbaum no puede ser otro que ir en serio contra cuellos de botella del desabasto de medicinas que tanto agravia a personas con padecimientos degenerativos, graves como el cáncer o tratamientos de alta especialización; así como apartarse de la construcción de oscuras versiones “históricas” estúpidas e incomunicables en la investigación de Teuchitlán o actuar con decisión con su plan de seguridad contra la violencia. El camino propio de su Presidencia es el único que existe para evitar la fuga de capital político, a pesar de las consecuencias de decisiones, incluso, dentro de su partido.
Las opiniones expresadas por los columnistas son independientes y no reflejan necesariamente el punto de vista de LINEAPOLITICA