COMPARTIR

Loading

Claudia Sheinbaum Pardo, está en estos momentos en una situación demasiada complicada, porque deberá decidir entre hacer realidad el acabar con la corrupción e impunidad existente en el país o ser parte del encubrimiento de políticos y servidores públicos deshonestos que han visto al servicio público como la caja mágica para hacerse millonarios.
  
Y es que Sheinbaum Pardo sigue defendiendo lo indefendible y asegura que si no hay pruebas no puede actuar en contra de quienes son señalados como cómplices de la delincuencia organizada y el huachicol, los males que económicamente golpean de manera contundente a la economía mexicana y a su crecimiento y por ende a todos los mexicanos.
  
A Claudia Sheinbaum se le olvida que las acusaciones vienen de las autoridades de Estados Unidos y no de mexicanos, por lo que la petición de pruebas será un trámite difícil de cumplir, porque en investigaciones de ese calado, ninguna autoridad comparte información, hasta que este seguro de lo que trae. Pero esto no deja que actúe de manera preventiva para evitar que el daño aumente.
  
Así es como actúan las autoridades norteamericanas quienes en varias investigaciones han encontrado que gente de la clase política, en especial de Morena son posibles implicados en actos ilícitos. Esto hace que, ante la desconfianza al gobierno mexicano, las autoridades norteamericanas inicien sus trabajos preventivos   con la revocación de visas a estos políticos.
  
Esto ha abierto varios frentes, que lamentablemente Claudia Sheinbaum los toma como de su responsabilidad e inicia, a través de sus conferencias matutinas una defensa férrea hacia esas personas, como si el papel fundamental de la presidencia es defender a los políticos de su partido.
  
Esto ha hecho que Claudia Sheinbaum tome tiempo de esas mañaneras para defender a Andrés Manuel López Obrador y a sus hijos, a gobernadores como Rubén Rocha, Américo Villareal o Marina del Pilar Ávila.
 
 A pedir pruebas para actuar, cuando sabe bien que la desconfianza del gobierno norteamericano es un factor para evitar ofrecer estas pruebas, para con ello evitar que esas personas, presumibles implicadas, salgan del país.
  
Por ello, Sheinbaum Pardo, debe entender la forma de procesar las investigaciones de parte de los norteamericanos, para ir sumando pruebas o ir eliminando sospechas.
  
Es cierto que de parte de México se debe cuidar que ningún mexicano sea acusado injustamente, para ello debe también iniciar investigaciones sobre estas personas señalas, pero no existe, hasta el momento algún indicio que pueda confirmar esto. Y es precisamente esto, lo que hace la desconfianza de los norteamericanos.
  
Conocemos que las autoridades norteamericanas utilizan muchas herramientas para obligar a las otras naciones a “cooperar voluntariamente” y una de ellas que ha utilizado Donald Trump es la amenaza de la aplicación de aranceles a los productos provenientes de esas naciones y en este caso de México.
  
Sabemos que ha existido cooperación del gobierno mexicano hacia el de Estados Unidos y así ha sido la entrega de varias personas, pertenecientes a las organizaciones criminales, enviadas al país vecino para que sean juzgados, como el caso de Rafael Caro Quintero, que confirmó la procuradora norteamericana.
  
Con relación a los políticos de su partido, Claudia Sheinbaum, tiene que cuestionar porqué se realizan las presiones hacia ellos, pero también tiene la obligación de ordenar a la Fiscalía General de la República realice investigaciones para poder eliminar cualquier sospecha.
 
La presidenta debe tomar decisiones que hagan de su administración una más confiable, no solo para los norteamericanos sino para los mexicanos también. Porque ellos prometieron erradicar la corrupción, la impunidad y la inseguridad, factores que ahuyentan la inversión y que coloca al país a nivel internacional como inseguro para personas y capitales.
  
Hay que defender los derechos de los mexicanos, pero también iniciar investigaciones en el país, a aquellos que son señalados, repito, para eliminar cualquier sospecha y aumentar la confianza. Esto solo es cuestión de voluntad de parte de la presidenta. La pregunta es ¿Tendrá la presidenta esa voluntad?