Un testigo narra cómo estuvo el desvanecimiento del presidente Andrés Manuel López Obrador en la base aérea militar de Mérida
La idea fue largamente planeada.
Y dos acciones inducidas son el camino.
Para ser reconocido internacionalmente por su generosidad diplomática y derechos humanos, México necesitaba casos muy sonados y los encontró.
Primero escogió a Julian Assange, programador y periodista reclamado al Reino Unido por Suecia y Estados Unidos desde hace más de una década.
El país europeo por acusaciones de violación y el americano por la filtración y difusión de documentos sensibles a través de WikiLeaks.
Andrés Manuel López Obrador ha ofrecido su apoyo al australiano y lucha por asilarlo, pero el gobierno de Londres rechaza entregárselo.
El segundo caso es más actual.
El exvicepresidente de Ecuador, Jorge Glas, ingresó a la Embajada de México en Quito en diciembre pasado y el 5 de abril la Policía Nacional fue por él.
De inmediato el gobierno lopezobradorista acusó violación de su sede diplomática y seis días después, el 11 de abril, llevó el caso ante la Corte Internacional de Justicia de Hisashi Owada.
La decisión se conocerá el próximo jueves 23 y quedará pendiente la demanda del Gobierno ecuatoriano del 29 de abril contra México por usar su sede diplomática para proteger a Jorge Glas, el exvicepresidente considerado prófugo de la justicia.
LUCHA CON ECUADOR
Aquí vienen los señuelos mexicanos:
¿Cuál es el mexicano con mayor posición en un gobierno extranjero?
Mónica Palencia, ministra del Interior de Daniel Noboa y quien ha rechazado haber ordenado la invasión de la embajada mexicana en Quito para rescatar a Glas.
Con ambos casos, Assange y Glas, la administración de López Obrador pretende posicionarse como ejemplo mundial en derechos fundamentales e internacionales.
Dos medallas en medio de dos contradicciones:
Las críticas diarias desde Palacio Nacional, persecuciones y numerosas muertes de periodistas cuyo análisis desvanece el amparo a Assange.
Y sin considerar la violación de la embajada de Honduras en el Distrito Federal el 21 de junio de 2009 por órdenes de Marcelo Ebrard, como ha señalado el diplomático y embajador Agustín Gutiérrez Canet.
ACUERDO DE AMIGOS
1.- También esta semana quedará sellada la alianza presidencial con la CNTE, dialogarán el martes y luego los manifestantes se irán.
Si les dan algo adicional al diez por ciento a las percepciones negociadas por el líder magisterial Alfonso Cepeda, tal vez lo sepamos.
Porque no descarte usted un acuerdo secreto, como ha sido la costumbre de los centistas con todos los gobiernos, desde Carlos Salinas hasta Enrique Peña.
Después de todo, la Coordinadora ha sido aliada permanente de López Obrador, primero en lo electoral y ahora en el boicot a la gran concentración opositora en el Zócalo.
Y 2.- El candidato Antonio Tony Rodríguez asegura estar preparado para administrar un nuevo trienio, el cuarto para él, con muchas obras en Tlalnepantla.
Abanderado por la alianza Fuerza y Corazón por México, hace campaña y suma apoyos, como el fin de semana cuando miles de morenistas de la zona oriente se lo ofrecieron.
Han dejado al oficialista Raciel Pérez Cruz.
Su esfuerzo, dijo Tony Rodríguez, estará centrado en el combate a las diferencias para acabar con “zonas de primera y de segunda en Tlalnepantla”.
@urenajose1