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Intempestivamente, como si fuera una primera potestad de mando, aun antes de recibir el bastón simbólico de manos del amo y señor de todos ellos, horas antes de la publicación de las encuestas, Claudia Sheinbaum envía por delante de los aspirantes por la ciudad de México a Omar García Harfusch, integrante de su equipo, y con mucho el mejor funcionario de su gobierno.
Y lo hace de manera también simbólica en un sistema acostumbrado a la semiótica política: una entrevista en “La jornada”, diario cuya filiación ni siquiera requiere ser descrita. Es una obviedad.
Dijo en esas páginas el policía de la capital:
“–No somos políticos, esa es la realidad. Nunca hemos tenido un puesto político. No hacemos un trabajo político a diario (nótese en mayestático, plural, la herencia de López Obrador).
“…Mi tarea ha sido muy clara. Yo llegué aquí con una tarea y una instrucción de la doctora Claudia Sheinbaum muy clara: bajar los índices delictivos, mejorar la policía; en pocas palabras: mejorar la Ciudad de México donde y desde donde nos toca.
Evitamos repetir errores…
–“Yo tengo mi formación muy clara, no sólo la formación que me han dado las instituciones de seguridad desde que me incorporé cuando era muy joven, sino desde mi casa. Ahí me enseñaron que tenemos tareas que cumplir. ¿Cuáles? Las que determinen que tenemos que cumplir. Ahorita el encargo es el de jefe de la policía, en eso estamos concentrados…
–“…En seguridad es muy dado que si te sientas con el nuevo secretario o con el nuevo fiscal, te hablan mal de todo lo que hizo el anterior. Nosotros no nos fijamos en lo que hicieron las personas que estuvieron antes. Nos fijamos en sus errores, eso sí, para no volverlos a cometer”.
–Y platíquenos, ¿le parece suficiente después de todo este tiempo, y de su trabajo, que en las encuestas le den una buena ventaja sobre otros posibles y se diga que usted puede ser jefe de Gobierno de la capital de México?
“–A nosotros, y hablo en plural porque somos un equipo, nos da muchos gusto si una encuesta refleja buenos números, porque quiere decir que la gente reconoce que estamos trabajando, pero nosotros estamos enfocados en la seguridad, porque en este trabajo no se permiten las distracciones. No puede haber agendas paralelas”.
–“Pero usted tuvo de todo, ¿por qué complicarse la vida en cuestiones de seguridad?
“Sí, yo tenía una vida con bastantes comodidades, pero sentía que no estaba haciendo nada por mi país. Por parte de la familia de mi padre siempre hubo un servicio al país, y mi mamá, a su manera, siempre fue una mujer productiva y yo sentía que (yo) no hacía nada, así que empecé como jefe de departamento en el nivel más bajo. Tuve una vida muy cómoda, llena de privilegios, y creo que eso, en mi caso, te obliga a más”.
Eso se llama salirl al paso, curarse en salud, para evitar señalamientos de “fifismo”. Todo debidamente calculado, sobre todo lo del equipo. No dice, #yosoy omar; dice #yo soy claudia.
–¿Está listo para la encuesta de Morena?
–“No sé si estoy listo porque no sé si voy a estar, y si mi mente empieza a estar en la encuesta no voy a estar en la seguridad”.
–Pero… ¿listo para enfrentar cualquier reto en la ciudad?
–“¡Sí, por supuesto. Listo!”
CARCAJADA
Es cosa de carcajada, pero el señor presidente de Colombia, Gustavo Petros, organiza una reunión de amigos bajo el siguiente tema:
“Conferencia Latinoamericana y del Caribe sobre Drogas”; a pocos días de los señalmientos en contra de su hijo quien confiesa haber recibido dinero del narcotráfico para la campaña de papito.
De veras, el chiste se cuenta solo. Y se ríe solo, también, aunque AMLO le diga, hermano… ¿De dónde, pues?