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Pues, ya se va Trump, de la forma más oprobiosa que uno jamás se pudo imaginar. El legado que deja a la nación más poderosa del mundo, a la democracia moderna más antigua que tenemos, es verdaderamente vergonzosa.

Trump atacó decididamente a México y a los mexicanos, nos despreció, nos insultó, nos denostó, nos discriminó. Y, también oprobiosamente, nuestro presidente en su única visita que ha hecho al extranjero, que ni siquiera fue considerada como visita de Estado, se dio la arrastrada más vil que un mandatario mexicano ha tenido para con el representante máximo de lo que consideramos como “gringo”, desde un punto de vista despectivo, al mencionarle a Trump que “Como en los mejores tiempos de nuestras relaciones políticas, durante mi mandato como presidente de México, en vez de agravios hacia mi persona y, lo que estimo más importante, hacia mi país, hemos recibido de usted, comprensión y respeto. (https://www.animalpolitico.com/2020/07/amlo-discurso-completo-casa-blanca/ vista el 18/01/21).

Cuando, viendo el evento en vivo por televisión, me retumbaron los oídos al presenciar semejante mentira y ofensa a nuestra Nación y pueblo, emitida por el más alto funcionarios de México.

Luego que Trump pierde la elección para su segundo término por un amplio margen, todos sabemos que nuestro presidente se puso rejego en reconocerle el triunfo a Biden, hasta que ya no le quedó otra, inclusive provocando la renuncia de nuestra embajadora en Washington.
Después del deplorable escenario del ataque al Capitolio de Washington, cede del poder legislativo federal de los Estados Unidos, por una turba, principalmente, de rednecks, habiendo estado a punto de ingresar al recinto legislativo en donde se encontraba activa una sesión conjunta del Congreso de los Estados Unidos, en donde senadores y diputados formalizarían protocolariamente el reporte del Colegio Electoral que designó a Biden como presidente electo, nuestro presidente no le llamó a Biden, sino le envió una frías carta, dejándole espacio a Trump para continuar con sus teorías conspirativas de fraude electoral.

Para rematar, ahora que ya hay presidente electo legalmente, hasta su última instancia, reconocido por el mundo, después de que de manera inaudita el poder judicial federal con cede en Nueva York, oyendo las convincentes consideraciones de los fiscales bajo las órdenes de Trump, liberan al General Cinfuegos, exsecretario de la Defensa en la época de EPN, en México lo exoneran por parte de la Fiscalía General de la República (supuestamente autónoma), para que luego, violando la ley y los acuerdos internacionales de cooperación en materia de seguridad pública, la Secretaría de Relaciones Exteriores publicara el expediente completo de la Procuraduría de los Estados Unidos.

Si a lo anterior, le agregamos las violaciones al T-MEC cometidas por nuestro presidente, de darle preferencia en materia energética a los monopolios del Estado, PEMEX y CFE, en detrimento de las inversiones privadas estadounidenses y canadienses, así como violar tanto la ley mexicana como los tratados internacionales de protección al ambiente y cambio climático, al usar energías sucias prohibidas como el combustóleo y carbón, en detrimento de las energías limpias como la eólica y fotovoltaica, vemos que México empezará con el pie izquierdo con su relación con los Estados Unidos y Canadá, al entrar la administración de Biden.

Pero, la gran incógnita que pongo a la consideración de mis lectores es, ¿qué clase de arreglos hubo entre Trump y el presidente al existir tantas violaciones a las leyes y tratados que afectan a los Estados Unidos, para que, hasta faltando 2 minutos para que entre la nueva administración de Biden, haya reclamaciones oficiales del Departamento de Estado a México?

¿Por qué Trump, con su agresividad para México más que manifiesta, no nos hizo reclamación alguna habiendo tantos quebrantos a la ley?

¿Por qué nuestro presidente trata tan mal a Biden en contraste a lo bien que trató a Trump? Por ejemplo, al promover regular a los agentes extranjeros en México.

Especulando sobre el carácter de Trump y lo que López nos ha revelado con su conducta, es que debe haber en algún lado un quid pro quo.