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El rostro de los tiempos se define, entre otros rasgos, por lo nunca antes visto.

Por ejemplo, jamás habíamos visto ni escuchado a un jefe (en este caso jefa) de Estado, cuyo tiempo de trabajo se dedicara –así hayan sido por pocos minutos— a explicar su ajenidad a un movimiento guerrillero en otro país.

Gracias a las imprudencias de Gustavo Petro, un exguerrillero intoxicado (en varios sentidos), quien no sólo le adjudicó a la presidenta de México (con A), una pertenencia de camarada en el movimiento narco guerrillero colombiano M-19, sino además una catilinaria contra México y la violencia.

Hace apenas un par de días Petro conminó al gobierno de México —–en un mensaje no oficial (por X), dirigido a la presidenta Sheinbaum (con A, otra vez, como si tuviera funciones de investigación policial) — para intervenir en la localización de dos músicos colombianos desaparecidos aquí.

“(L.J). – “…Le solicito a la presidenta de los Estados Unidos Mexicanos, Claudia Sheinbaum, mi amiga y compañera de lucha desde el M19 (la extinta guerrilla), y a todo el cuerpo diplomático de Colombia en México, lograr que aparezcan con vida el cantante Bayron Sánchez (B-King) y su coequipero Jorge Herrera (Regio Clown)”.

Movido quién sabe por cuál información, Petro mostró sus cartas en la misma comunicación:

“…Sugirió que los responsables podrían ser “las mafias multinacionales que crecen en nuestro continente por el consumo desaforado de drogas en Estados Unidos, que crecen, también, por la falta de amor de su sociedad decadente”.

Aun cuando nunca será condenable un presidente preocupado por sus conciudadanos desaparecidos en otro país (solidaridad no mostrada en los casos de feminicidios contra modelos colombianas asesinadas en México, como fue (v.g.) el caso de Laura Cristina Ovalle Quintero, el descontrol mental de GP se ha mostrado una vez más, ahora con este caso en el cual mezcla asuntos incompatibles, como la supuesta pertenencia de CSP al movimiento guerrillero y el caos mexicano por la narco violencia.

Como si el burro hablara de orejas.

Pero el presidente colombiano fue más allá:

“… Asesinaron nuestra juventud en los Estados Unidos de México” –escribió Petro en su perfil de X–. La “mafia internacional fortalecida por la estúpida política militar y prohibicionista, llamada ‘guerra contra las drogas’ a la que obligan (¿quiénes?) a la humanidad y a América Latina” es responsable del asesinato de Bayron Sánchez y Jorge Luis Herrera… más jóvenes asesinados por una política antidrogas que no es política anti narcotraficante”.

Obviamente, los Estados Unidos de México, no existen. El nombre de este país es Estados Unidos Mexicanos. Petro debería saberlo. Y muy mal debe estar ese país si la juventud asesinada por la mafia internacional es LA JUVENTUD colombiana.

Automáticamente, Petro los metió en el tema de la droga. Si no, ¿por qué esa mafia los habría asesinado?

A querer o no, el ex guerrillero, ahora horrorizado por la violencia en México, olvida cuando el M-19, con su conocida relación con Pablo Escobar, secuestraba (552) y asesinaba hasta dentro de sus propias filas (162). ¿Dónde estás, Mono Jojoy?

Hoy CSP pone distancia de un connotado integrante de la “internacional populista”.

Apenas en diciembre del año pasado circuló oficialmente una fotografía de amplias sonrisas. Petro de un lado, la señora presidenta (con A) del otro. Sentados en una pulida mesa con las banderitas de ambos países y un texto de identificación y solidaridad política, en el cual, una frase llama hoy notablemente la atención:

—“… Platicamos con el presidente de Colombia, Gustavo Petro, sobre la importancia de la unidad entre los gobiernos progresistas, así como la unión de América Latina y el Caribe”.

Nadie sabe el significado real de “gobiernos progresistas”. Pero el deslinde de ayer sí es comprensible:

“No voy a debatir con el presidente Petro (sobre el M -19)”.

Petro, lo sabemos, no pasa el “antidoping”; ni químico, ni moral.