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elcristalazo.com

El presidente de la república, quizá sin darse cuenta, ha confirmado la dependencia política de su gobierno o a los vaivenes de la lucha electoral en los Estados Unidos.

Cuando dice, en respuesta a una carta melosa y falsa de Joe Biden en cuanto a la crisis migratoria continental (tan intensa como para obligar a visitas frecuentes de funcionarios gringos al Palacio Nacional), que se trata de un asunto cuya solución les corresponde a ambos países, sus palabras son tan inválidas como las de su interlocutor.

El hecho real es simple de enunciar: México no tiene una política migratoria clara, firme y decidida. Tiene una conducta maleable a la conveniencia del gobierno estadunidense, cuya imaginaria colaboración y corresponsabilidad se vino abajo ahora mismo, con el amago de Biden:

Puedo cerrar la frontera (con México) inmediatamente.

Chris Whipple autor de “La lucha de su vida: dentro de la Casa Blanca de Joe Biden”, acaba de publicar en el New York Times un artículo sobre el momento electoral.

“…Durante meses, golpeados por las sombrías encuestas sobre la reelección del presidente Biden en 2024, los demócratas han estado sufriendo una especie de crisis nerviosa colectiva por las perspectivas de reelección de Biden contra Donald Trump.

“Tras la victoria de Trump en New Hampshire y con el inicio no oficial de la campaña electoral general, no hay motivo para que el equipo de Biden entre en pánico. Las encuestas en esta etapa de la carrera son casi siempre un referéndum sobre el titular en lugar de una elección clara. Aún así, las malas encuestas del presidente y su índice de aprobación obstinadamente bajo son, o deberían ser, más que sólo argumentos para los críticos de Biden. Son una prueba de que su campaña necesita revisar su mensaje”. Y apareció la migración desde México.

No se necesita mucho para introducirse en el pensamiento político de Mr. Joe y sus asesores. Hay algo más simple, y se basa en el asunto migratorio: el actual presidente de los Estados Unidos pretende reelegirse apropiándose del discurso de una frontera peligrosa. Y no habla precisamente de Canadá.

Por eso Biden anunció cómo iba a proseguir con la construcción del muro de Trump (aunque haya sido mentira) y ahora plantea la imaginaria clausura de la frontera. En ambos casos quiere engañar. No son planes de gobierno; son discursos de campaña.

“El muro con México, una de las obras más polémicas de Donald Trump (El País), ha ganado nueva vida en la era de Joe Biden. El Departamento de Seguridad Interior ha informado este miércoles de que el Ejecutivo ha derogado 26 leyes federales en el sur de Texas. Esto permite a Washington construir hasta 32 kilómetros de valla en la región… “

Pero si ese acto (aun demorado en sus consecuencias) no fuera suficiente para hundirse de lleno en el asunto antiinmigrante, ahora se plantea lol siguiente:

“…(LAT).- En su intento por salvar un acuerdo fronterizo en el Congreso que también desbloquearía dinero para Ucrania, el presidente estadounidense Joe Biden reiteró el sábado por la noche que estaría dispuesto a cerrar la frontera entre Estados Unidos y México si los legisladores sólo le enviaran un proyecto de ley para firmar.

Biden —también ansioso por aplacar las críticas del Partido Republicano a su gestión de la migración en la frontera— dijo en un acto político en Carolina del Sur que cerraría la frontera “ahora mismo” si el Congreso aprobaba el acuerdo propuesto…” Eso es como querer ganar en la ruleta apostando a la misma casilla del otro…y con sus fichas.

El tema migratorio, cuyos efectos en México no pueden ser controlados por México (¿se imagina usted a Garduño resolviendo algo?), se parece allá a la guerra de las dádivas de aquí: todos quieren mejorar los programas dadivosos de Andrés Manuel. Quieren jugar con sus fichas.