Hay una guerra de hechos y declaraciones entre México y Estados Unidos en torno a la seguridad y la soberanía tan pregonada en tierra azteca.
Aunque se ha hablado de coordinación, hay cosas que chocan… y que no checan.
Por ejemplo, el Gobierno Federal presume que las cosas van mejorando en el combate a la delincuencia, con reducción de homicidios y mayor control en casi todos los delitos. Mientras tanto, Estados Unidos llama a sus ciudadanos a evitar viajar al país del águila devorando una serpiente, argumentando que en la mayor parte del territorio —incluida la Ciudad de México— hay inseguridad. Sí, la capital ha sido en los últimos días la piñata del gobierno de Donald Trump, quien incluso la colocó entre las peores de América Latina junto con Bogotá.
Y aunque México entregó 26 capos, el gobierno del país de las barras y las estrellas no parece del todo conforme, pese a reconocer, públicamente, la entrega de los narcos. Aquí se dijo que fue un asunto de seguridad nacional y no una petición directa de Washington, aunque la mayoría de los detenidos tenían años con solicitudes de extradición. Según las autoridades mexicanas, fue una decisión soberana. En este marco, en conferencia de prensa, el propio Omar García Harfuch, encargado de la Seguridad y Protección Ciudadana, reveló que esos individuos seguían operando desde las cárceles. Ni las rejas pudieron contener a quienes están vinculados con, nada más y nada menos, que con 17 homicidios de servidores públicos penitenciarios. Una revelación que no se había hecho oficial, aunque se sospechaba tras cada asesinato.
Sepa La Bola, pero aunque las autoridades mexicanas insisten en las reuniones y acuerdos para combatir de manera coordinada la delincuencia, cada vez que puede, el “aliado” del norte le da tremendas zancadillas al país. Recordemos las amenazas de aranceles, subidas y bajadas al por entaje al gusto de Trump, para luego frenarlas… y después retomarlas, en un círculo vicioso de advertencias y telefonazos entre mandatarios para enfriar el asunto. El colmo fue escuchar al empresario, que por segunda vez gobierna esa nación, decir que este gobierno, el de la Cuarta Transformación y de la primera presidenta, hace lo que ellos dicen.
¿Hablará de la entrega de los 26 narcos? ¿De permitir que sus drones sobrevuelen territorio nacional porque las Fuerzas Armadas mexicanas no cuentan con esos equipos?
Pues Sepa la bola, pero conviene recordar que, según un medio internacional, entre 2022 y 2023 las Fuerzas Armadas destinaron aproximadamente 324 millones de dólares a la adquisición y mantenimiento de drones y aeronaves no tripuladas, utilizados en al menos 308 misiones.
Y pese a la tan mencionada coordinación, el gobierno del norte asegura que las cosas no han cambiado en México, y también decidió reforzar el resguardo de su frontera con nuestro país. No solo eso: emitió una nueva alerta para que sus ciudadanos eviten visitar nuestro país.
La advertencia abarca casi todo el territorio nacional: 30 estados. Solo Yucatán y Campeche están en Nivel 1, el más bajo de riesgo, aunque con la recomendación de “tomar precauciones normales”. La presidenta Claudia Sheinbaum minimizó el impacto, y pronto. cada autoridad estatal salió de inmediato a desmentir la evaluación de riesgo en su estado.
En fin, muchos discursos y demasiadas contradicciones.
Y ya que hablamos de riesgos y omisiones, en este espacio hemos señalado repetidamente la instalación irregular de anuncios y espectaculares en el Valle de México. Lamentablemente, este miércoles un aguacero provocó la caída de uno en Tlalnepantla de Baz sobre un vehículo particular. La estructura, de aproximadamente seis metros de largo por cinco de alto, se desplomó por el reblandecimiento del terreno y la presión del viento durante la tormenta.
¿Y las medidas de protección civil? ¿No se considera el tipo de suelo, el viento, la lluvia al momento de colocar esas estructuras? Una lamentable situación que, como tantas otras, pudo evitarse.
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