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Fortalecida por el enorme significado de la “Marea rosa”, masiva concurrencia de cientos de miles de personas cuya densidad en el atestado Zócalo no pudieron impedir ni la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (extorsionadores en papel de esquiroles), ni el secuestro temporal de la bandera, ni el cierre de las avenidas cercanas, ni la imposición de restricciones vehiculares, ni la guerra puerca de las redes sociales, Xóchitl Gálvez –candidata de una coalición–, tuvo ayer el mejor día de su campaña.
Por eso en la noche de ayer, su actitud de seguridad contrastaba con la desdeñosa estrategia de la candidata de López Obrador, quien naufragó en el tema de la seguridad (inseguridad) y no pudo persuadir de la bondad de las cifras especialmente los casi 200 cadáveres tirados en las calles durante esta administración.
Y para colmo debió apechugar con las graves noticias de Mascaltepec, donde los candidatos de su partido fueron emboscados en el estado desde donde hace 48 horas el jefe político de Morena les concedió a los traidores a la patria, el cobijo generoso (e innecesario) de la bandera nacional.
Ni las invocaciones del pasado calderonista, ni la fraseología auto justificante de los abrazos, las causas de la violencia (ineficaces ambas) y la negación de la ineptitud, pudieron desequilibrar a Gálvez quien barrió, al menos en ese tema a la candidata oficial, cuyo único acierto fue escurrir el bulto con una frase incomprensible: vinimos a respetar la investidura presidencial; no voy a caer en provocaciones.
–¿Cuál investidura presidencial?
La candidata oficial mantuvo una línea coherente con el método de Heinrich Ollendorf.
Le hablaban de una cosa y respondía otra, como fue el caso cuando Gálvez esgrimió el pésimo manejo de la pandemia, la mortandad excesiva, la disminución de la expectativa de vida en la capital del país y ella se puso a hablar de otra cosa, de los programas educativos.
–En el año 2019 –dijo XG–, Sergio Carmona asociado con Mario Delgado a través del hermano del primero, Julio Carmona administrador de la aduana de Reynosa, metieron de contrabando millones de barriles de gasolina con pingües ganancias después utilizadas para financiar campañas de Morena.
–Mario Delgado esta bajo investigación en los Estados Unidos.
Ollendorf respondió: el PRI tiene gobernadores en la cárcel como nadie (y aquellos libres son ahora embajadores de Morena en diversos países del mundo, como le dirían más tarde).
El debate, desarrollado en las instalaciones de la UNAM en Tlatelolco, con todo el peso simbólico del inolvidable dos de octubre, puso desde el arranque la mesa del lado izquierdo de la historia.
Xóchitl habla del feminicida de Iztacalco cuya libertad se debió al desapego de las investigaciones cuando lo pudieron consignar mucho antes de culminar su serie homicida, y Claudia respondió con la inclusión del delito de extorsión en el texto constitucional.
Pero tras el pantano de la inseguridad, llegó el otro campo arduo para la IV-T: la política exterior con todo y los priistas embajadores del gobierno de la Cuarta Transformación.
–Por supuesto que quiero a los pueblos de Cuba, Rusia, Nicaragua, Venezuela y Cuba, pero yo no voy a invitar a sus ejércitos a desfilar en México, dijo la candidata XG.
Antes la señora Sheinbaum había hablado de los principios constitucionales, de la soberanía y el respeto. Obviedades, pues.
Ahora se procura la paz en todo el mundo, dijo la señora Claudia.
Y mientras todo eso ocurría Jorge Álvarez Naiden hablaba de cómo México va a ser una de las principales diez potencias del mundo.
Una potencia del mundo mundial, seguramente por decreto.
–(XG).-La política hipócrita de Morena se dobló ante Donald Trump. Dejaron morir a 40 personas en una estación migratoria de Ciudad Juárez. Hoy la política migratoria la maneja el crimen organizado.
–Como dijo Mario Benedetti, el sur también existe, dijo Claudia Sheinbaum.
Y como remate, la falda guadalupana de la candidata de Morena.
Es una absoluta provocación. Que no voy a contestar, dijo la señora CSP.
Y como llegaba la hora del cierre, yo dije, basta.