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Ayer hubo una reunión informal.

Los principales cuadros no partidistas del Frente Amplio por México en análisis del lugar donde están en la percepción nacional y diseño de estrategia para relanzar a Xóchitl Gálvez.

Todos conocidos y a unas mesas de Cuauhtémoc Cárdenas: el empresario Claudio X. González, el exdirigente perredista Guadalupe Acosta Naranjo, los senadores Gustavo Madero y Emilio Álvarez Icaza…

Hay consenso en la crítica:

Tras el impulso inicial, la imagen de Xóchitl Gálvez registró una caída, pero en las semanas recientes se ha estabilizado porque tiene menos activismo en la caja de resonancia llamada Ciudad de México.

Segunda razón:

Xóchitl necesita mayor presencia porque no tiene una personalidad arrolladora de fenómenos mediáticos: no es el panista Vicente Fox, ni siquiera el priista Enrique Peña Nieto y menos López Obrador.

Tercera explicación:

No son tiempos de campaña y es necesario mantener cierta prudencia para evitar amonestaciones y sanciones de la autoridad electoral, tan laxa con el oficialismo y tan dura con la oposición.

ELLA TIENE LA PALABRA

El oficialismo y los críticos se han cebado en Xóchitl Gálvez.

Más allá de argumentos reales y sólidos, a ella le corresponde cambiar de actitud, en primer lugar sacudirse de lastres y perdedores e inclusive de los partidos aliancistas.

Poco le abonan actos organizados por estructuras tradicionales aisladas con actos simbólicos y no en unidad ni con acompañamiento de la sociedad civil como pretende mostrarse.

Ella ayer dio una explicación:

Todavía se está en la etapa de planeación y falta mucho para la campaña y para mostrarse como es, con propuestas de gobierno y en debate con la representante del poder, Claudia Sheinbaum.

El tiempo pendiente, dicen Xóchitl y los frentistas, es utilizado para estructurar la plataforma con profesionales específicos: José Ángel Gurría, Enrique de la Madrid, Ildefonso Guajardo…

Pero de poco servirá si sigue rodeada de asesores cuestionables como Josefina Vázquez Mota, Arne Aus den Ruthen Haag, Margarita Zavala y otros personajes similares.

O de los dirigentes partidistas.

OFERTA DE ESPERANZA

El relanzamiento pasa por muchos otros aspectos.

En primera instancia demostrar su independencia, asumir la coordinación real del Frente Amplio por México con influencia en las candidaturas estatales y legislativas para reforzar su imagen.

Es básico para recuperar la emoción generada cuando el primer lunes de junio pasado López Obrador selló las puertas de Palacio Nacional para impedirle ingresar a su foro matutino.

Lo demás es consecuencia.

Por ejemplo, contratar asesores capaces y eficaces bajo un principio muy simple: la política es esperanza y no un discurso de odio.

Pueden servirle de ejemplo muchas campañas de políticos en el mundo e inclusive de México, Vicente Fox en 2000, Enrique Peña Nieto en 2012, López Obrador en 2018.

Porque ahora, nadie lo hubiera previsto, los espacios antaño ocupados por los partidos tradicionales -PRI, PAN, PRD- son llenados ahora por Movimiento Ciudadano, pues mucha gente espera la definición de Dante Delgado sobre el candidato presidencial.

Con un agravante: si lanza a un personaje atractivo, la elección ya no será sobre dos polos, el gubernamental y la oposición real, y la pulverización irían contra el Frente y contra Xóchitl.