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Me han dicho los que fueron líderes empresariales en la época del presidente Luís Echeverría que ha sido el primer mandatario que más bien le ha hecho a la Frontera. En muchos aspectos he constatado esto. En primer lugar, fue el presidente que mayor formalidad normativa y relevancia le ha dado a la industria maquiladora de exportación al crear un reglamente para ella y no simples decretos que desde entonces han normado a esa industria sin que se le otorgue una certeza regulatoria.

También Echeverría creó los llamados artículos gancho, que a través de un esquema de libre importación permitían atraer a los residentes de la frontera a comprarlos ya que su precio era más barato en el lado mexicano de la Frontera, promoviéndose así la comprar otros productos más, “enganchándolos” a quedarse a comer y a divertirse y usar servicios como los de peluquería, peinador y otros servicios menos santos.

Echeverría creo la llamada Zona Fronteriza, que era una especie de zona intermedia entre Estados Unidos y México, desde el punto de vista arancelario, generando gran actividad económica.

En esa época, existían las zonas y perímetros libres en el entonces Territorio de Baja California Norte y parte de la zona fronteriza de Sonora, que generó un rápido crecimiento y prosperidad en esas áreas.

Desde hace más de 20 años, los fronterizos hemos estado impulsando la creación de una zona libre en el territorio colindante con los Estados Unidos, mandatarios van y viene, y muchos candidatos han hecho la promesa de que se concederá.

Se creó el Comité Pro Zona Libre Comercio en Juárez, presidido por José Mario Sánchez Soledad, que hizo varios intentos para que se legislara al respecto. A este autor le tocó coordinar por Desarrollo Económico de Ciudad Juárez, en el mandato del presidente Calderón, la iniciativa de crear en el Municipio de Juárez, lo que llamamos una Zona Estratégica de Desarrollo. Hicimos varias presentaciones al Secretario de Economía Bruno Ferrari, quien siempre vio esta iniciativa con buenos ojos. Se ordenaron realizar estudios económicos para fundamentar los beneficios económicos que esta iniciativa traería, pero las fuerzas de los empresarios mexicanos que siempre han estado acostumbrados a la falta de competencia en sus reducidos nichos de mercado se opusieron drásticamente ante Calderón y otra vez se echó abajo la propuesta de zona libre.

Posteriormente, con el presidente Peña Nieto, se crearon la Zonas Económicas de Desarrollo, con una visión equivocada a mi forma de ver, ya que su intención era aplicarlas a áreas con sumo subdesarrollo, en vez de aplicarlas en las zonas de mayor potencial de crecimiento en donde habitan muchos millones de habitantes, como las fronteras.

Pues ahora, recientemente, Marcelo Ebrad, integrante del equipo de transición del virtual presidente electo López Obrador, acaba de anunciar que se planea crear una zona libre en toda la Frontera Norte, bajar el IVA al 8%, aumentar el salario mínimo al doble y bajar el Impuesto Sobre la Renta al 20%. En adición a lo anterior, el mismo AMLO anunció que, dentro de las acciones de infraestructura a realizar en el país, se planea invertir en las fronteras para apoyar las áreas de mayor necesidad social.

Considero, que, de aplicarse las medidas anunciadas, se generará un boom económico de gran crecimiento en la Frontera. Aunque se tienen que definir detalles de cómo operará la zona libre que se cree, por ejemplo, si no se cobrará el IVA en las importaciones sino en la primera venta, qué tratamiento se le dará a los requisitos no-arancelarios de las importaciones, a los requisitos fitosanitarios y a los medicamentos, sobre el control de las importaciones de armas y explosivos, sobre qué reglas habrá para sacar la mercancía de las fronteras hacia el interior del país.

Un aspecto importante respecto de la reducción del ISR al 20%, es si habrá requisitos para empresas que únicamente cambien su domicilio social o lugar de control de sus negocios para operar a la tasa privilegiada, etc.

Lo que sí se puede decir, es que estas medidas van a cambiar radicalmente no solo el desarrollo de las fronteras, sino la calidad de vida de sus habitantes, siempre y cuando vayan acompañadas con buenos gobiernos municipales, orden urbano, estado de derecho que asegure una certeza a los inversionistas. Sobre todo, que se arregle el problema de seguridad que, por desgracia, ha venido en aumento. La teoría de AMLO es que la prosperidad económica y social por si misma resuelve el problema de seguridad. Yo opino que esto es más complejo, pero es una partida excelente para la Frontera que todos debemos de aprovechar.

Es necesario que los liderazgos de la Frontera nos unamos para defender la debida aplicación de esta propuesta de fondo.