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Manuel Bartlett Díaz, director general de la Comisión Federal de Electricidad, CFE, comentó durante el segundo foro del Parlamento Abierto para la Reforma Eléctrica, que la transición a energías limpias no está peleada con la reforma propuesta por el presidente Andrés Manuel López Obrador.

En ese tenor, consideró que “la transición verdadera requiere de una política de Estado, movilizar recursos, generar tecnologías, y esta política está garantizada en la reforma del Presidente”.

El director de CFE señaló que el sistema eléctrico impuesto por la reforma de 2013 no es como se presenta bajo la supuesta figura de un sistema moderno de competencia, sino que posibilita el desmantelamiento y destrucción sistemática de la CFE, porque la empresa pública se convierte en el trampolín de las empresas privadas.

Estos argumentos, indicó, ya están descritos en la iniciativa enviada por el Presidente de la República y los defensores del actual sistema no han declarado que los señalamientos expresados sean falsos.

“La principal motivación para la reforma es simplemente la descripción misma del sistema del impuesto en el 2013 cuyo objetivo inocultable es el despojo, la desaparición programada de las CFE, beneficios ilimitados a empresas extranjeras para su apoderamiento del sistema eléctrico nacional”, advirtió.

Ante ello, retomó dos figuras que calificó de injurias, los generadores independientes y las sociedades de autoabasto. Explicó cómo es que estas figuras van en decremento del desarrollo financiero de la Comisión Federal de Electricidad.

Porque cerca de 70 mil empresas y consumidores no pagan lo debido frente a los millones que sí lo hacen, estas empresas son mayoritarias en el país que están organizadas en las sociedades de auto generadoras, mismas que son falsas, ilegales, y que no pagan el servicio que reciben.

Indicó que estas figuras representan el 42 por ciento del sistema eléctrico nacional, que han establecido monopolios en las zonas de mayor auge económico en el país.