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Las cartas ya están marcadas.

O, en el argot presidencial, las corcholatas.

Y como Ricardo Monreal no es corcholata –“me parece un término denigrante”- en el Gobierno se colectiviza una pregunta:

-¿Cuánto aguantará Monreal?

La pregunta la contesta él:

-El límite es mi dignidad.

Pero el jefe del control político del Senado está en la lucha y se declara preparado para ir “hasta el final” en su participación con reglas creíbles.

-Insistiré en sacar una candidatura con elecciones internas. Fue nuestro objetivo democrático al crear Morena y debemos mantener los principios.

Tiene una razón y un argumento muy poderosos:

-No creo en las encuestas -repite, y su frase remite a 2017, cuando López Obrador lo impelió a participar por la Jefatura de Gobierno y lo apeó sin aviso previo ni negociación.

Hoy sí está advertido y esa advertencia fortalece su combate a la línea, al dedazo.

PRESIÓN A GOBERNADORES

No se trata de tomar partido.

La información rastreada desenmascara una campaña planeada y en proceso de ejecución no sólo para desgastarlo entre las huestes presidenciales.

Se le quiere desesperar para reventar un proyecto en crecimiento porque gruesos sectores de la sociedad ya lo ven como víctima del aparato de Estado.

La prueba pública fue el domingo, cuando el administrador de Morena, Mario Delgado, se abstuvo de invitar a Ricardo Monreal a la exhibición de corcholatas en Toluca, pero le pidió mandar a los senadores de la mayoría.

A este operativo siguió otro: se convocó a los gobernadores emanados del Senado y agradecidos con su ex líder para dar fe pública de sus simpatías.

¿Hacia Monreal?

No, hacia Adán Augusto López, Claudia Sheinbaum o Marcelo Ebrard, ellos sí citados con tiempo, forma y maraqueros.

Ese fue el mensaje a la nación, al Gobierno y a Morena, pero paradójicamente de ahí salió fortalecido el otro aspirante, el ignorado, quien aglutina cada día más grupos sociales.

Natural parece el apoyo de universitarios y profesionistas porque Monreal ha estado ligado de por vida a la academia y específicamente a la UNAM.

Pero notables son sus contactos con el sector privado, a quienes recibe en el Senado o los visita en los estados para exponer posiciones y escucharlos.

“El diálogo entre sectores es fundamental para recobrar el dinamismo económico que el país necesita, y dejar atrás la crisis económica provocada por la pandemia”, tuiteó Monreal tras hablar con constructores afiliados a la CMIC.

MÁS PRESIÓN A CUITLÁHUAC

1.- Las agendas chocan pero no se desvían.

Para el poder Ricardo Monreal es un obstáculo a las maniobras presidenciales, pero él continúa con su agenda política y legislativa.

Ayer estuvo en Veracruz para continuar la defensa de su secretario técnico del Senado, José Manuel del Río Virgen, contra quien se han cebado los abusos del Gobierno de Cuitláhuac García (Morena).

Causa justa, pues hasta la gobiernista CNDH ha documentado cómo la justicia no funciona en Veracruz.

Y 2.- Errata: ayer pusimos que Roberto Madrazo encumbró en el Frente Juvenil Revolucionario a Alejandro Moreno en 2022 y diputado federal en 2023.

Fue en 2002 lo primero y 2003 lo segundo.