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elcristalazo.com

Era previsible.

La reacción del señor presidente tras la enorme manifestación de descontento por sus leyes de control electoral no es para causar sorpresa.

Lo sorprendente, en todo caso, es ver cómo a alguien cuya carrera ha sido un manantial de buenas ocurrencias –y algunas ideas–, en la propaganda política, el surtidor se le ha agotado, el recetarios se le mueren en la reiteración de la tarabilla alejada del discurso de arrastre popular

Hoy, a base de repetir las mismas consejas, las muletillas, los ritornelos y las puntadas con disfraz de ideas revolucionarias, el presidente no persuade como en los tiempos del frijol con gorgojo o el avión que ni Obama tenía.

Cuando lo dijo en los permisibles campos de la oposición y la crítica, conmovió. Ahora, desde un poder defensivo e injurioso, ya no emociona o sacude a menos mexicanos, quizá nada más a los suyos o entre sus cercanos aplaudidores.

El frijol con gorgojo ya no hace reír. Y las interminables menciones del bloque conservador, la oligarquía, la mafia del poder y todo aquello, son frases cada vez con menos sentido y mayor oquedad. Como +él mismo diría en otro de sus gracejos: ya Chole.

Pero mientras Chole se cansa o se silencia, vale la pena registrar la enésima reiteración del mismo diagnóstico. Trescientos ok cuatrocientos mil ciudadanos en la calle –sin contar ,los de otros estados–, son una expresión del conservadurismo y el anhelo de un mundo corrupto, como si la corrupción actual no fuera apabullante.

¿Tantos mexicanos serán oligarcas?

Leamos el Evangelio de ayer por la mañana:

“…Siempre he dicho que se trata de un asunto político, se están agrupando, todos los elementos, facciones del bloque conservador y siempre he dicho que esto es bueno para el país porque antes había mucha simulación, empezando porque engañaban que eran distintos el PRI y el PAN, ahora no es así, ya caminan juntos, agarrados de la mano.

“La manifestación de ayer y otras que vendrán se encuadran en este propósito de enfrentarnos porque no quieren la transformación del país, quieren seguir robando, quieren regresar por su fueros”.

El problema conceptual es este: negar la condición legal y moral –si fuera un bloque organizado, como en el siglo XIX–, del conservadurismo, pero al mismo tiempo declarar positiva su existencia porque yan no se oculta tras la simulación.

Si esa línea de pensamiento fuera seria, entonces no tendría cabida la descalificación de la concurrencia misma con el argumento devaluador de “un asunto político”.

¿Cuándo no ha sido política la participación ciudadana? ¿Desde cuándo no es político el sufragio? ¿Quién niega la validez de un tema social por despreciarlo con el argumento fugaz de ser “un asunto político”.

Claro que lo es. Tanto como una conferencia matutina cada día, tanto como la prédica constante de una postura ideológica o al menos propagandística. Todo eso es política, por eso ocurre en la “polis”.

PERU

Notable la incapacidad ante la crisis diplomática con el Perú.

El presidente le ofrece apoyo a Pedro Castillo en contra del gobierno espurio, pero las embajadas están vacías. Los peruanos han retirado a su embajador y nuestro representante en Lima fue echado del país como persona no grata.

¿Cómo entonces se va a negociar si en el evidente lenguaje de la realidad México no quiere relación con el gobierno “espurio”?

Ni siquiera a nivel de encargados de negocios porque no hay nada por tratar y si el gran asunto fuera la liberación y posterior asilo de Pedro Castillo y su refugio mexicano, el asunto no se resolverá con insultos y sombrerazos.

Pero el señor presidente en esos asuntos tiene el tacto de un paquidermo, excepto si se trata de Daniel Ortega por cuyas violaciones a Derechos Humanos pasa sobre el lago de Managua con la delicada suavidad de una libélula de transparente vuelo.