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Andrés Manuel López Obrador, llego a la reunión trilateral entre México, Estados Unidos y Canadá, con un discurso viejo y que poco puede ayudar a nuestro país, cuando se necesita una verdadera integración donde las tres partes puedan ofrecer algo importante y obtener excelentes beneficios.


Señalo que esta integración podría crear una zona económica importante superando la que hasta el momento China tiene por si sola, por lo que pidió a sus homólogos confiar en México.


Adelanto que se podría generar un mercado importante para sustituir de manera importante las importaciones y con ello no solo originar un crecimiento económico en América del norte, sino en todo el continente.


Algo que sería realmente importante si no existiera la postura de su gobierno de cerrar algunos sectores para la inversión extranjera, que dé a México la capacidad de producir sus insumos en costos bajos y con beneficios de obtener infraestructura con tecnología avanzada.


Exigió que Estados Unidos y Canadá dejen de rechazar emigrantes y los acepten legalizando su estadía en esas naciones, pero se le olvido que la política implementada en México, por exigencia de Donald Tump es detener este flujo en el nuestro.


Y tampoco hablo de la expulsión de mexicanos a otros países por la falta de oportunidad de trabajo debido a que no se aplican medidas económicas para fortalecer a los sectores productivos.


Aseguro que su propuesta de ampliar sus programas como Sembrando Vida y Jóvenes Construyendo el Futuro, puede ser la solución a la migración de Centroamérica y el cono sur.


Insistió en la autosuficiencia y sustitución de importaciones, pero no manifestó ninguna postura sobre que ofrece México para llegar a los objetivos planteados, quizás, porque sigue pensando que el problema debe ser resulto por los otros dos países, Estados Unidos y Canadá, porque le primero representa la segunda economía del mundo y por ello su labor es apoyar a las otras naciones del continente, en tanto a Canadá debe mantener sus puertas abiertas para recibir emigrantes.


Todo este discurso lo aderezo con pasajes históricos, que aun cuando no están existen las circunstancias políticas, sociales y económicas, permitió a López Obrador ocupar su tiempo en el dialogo, trilateral y bilateral, para exigir sin ofrecer nada a cambio