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La mañana de este sábado, los pocos restos encontrados de Miguel Ángel, el joven con discapacidad que fue privado de su libertad junto con otras cuatro personas el 15 de mayo de 2019, fueron entregados a su madre, Eva Ochoa, pese a que los habían hallado unos días después de su desaparición.

La mujer acudió por la mañana de este sábado a las instalaciones del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses, en el fraccionamiento Revolución, en Tlaquepaque, donde le entregaron los restos que se encontraron hace casi dos años en una fosa clandestina: su cabeza y una costilla. Finalmente, su madre los velará en su domicilio en ese mismo municipio.

El 15 de mayo de 2019, un grupo de criminales llegó a la taquería donde Miguel Ángel trabajaba. Al parecer iban por el patrón, pero también se llevaron a su hijo, a dos mujeres y al joven, quien era sordomudo y acudía a una escuela especial.

Tras la desaparición, las autoridades localizaron sus restos en una fosa clandestina localizada en Santa Anita, pero no le fue informado a la madre, quien pasó meses en su búsqueda; fue hasta octubre de ese año que se enteró que se encontraban en el Semefo.

EL INFORMADOR