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La credibilidad se construye con acciones que demuestran que son dignas de merecer confianza, no con señalamientos sin fundamentos.

Lo hemos visto con la pandemia. Como dicen una cosa, dicen otra. “Quédate en casa” y obedecimos. Cierre de negocios; sería por poco tiempo. “usar cubre boca”, mascarilla, lentes, es decir protegerse para proteger a los demás. Lo hicimos y lo seguimos haciendo.

Y lo hicimos, guiados por los consejos de expertos no porque el gobierno lo dijera. Se practica con el ejemplo y quienes están al frente del gobierno, no han sido un buen ejemplo para los ciudadanos. “La fuerza moral” del presidente y la de sus funcionarios detendría el virus. ¿Aja! ¿Cómo no!

Estaban preparados para enfrentar la pandemia. Camas en hospitales, equipo, insumos, todo había. Eso dijeron. La realidad nos mostró que no era así. Claro que había que buscar culpables y pronto los encontraron en las administraciones pasadas.

¿Quién va a responder por las muertes?

La inundación en Tabasco. Se dijo una cosa y muy pronto salió a relucir la verdad. Prefirieron que se inundaran los pueblos que resultaron afectados para que no se dañara Dos Bocas. Fue decisión del presidente y la obediencia a ciegas de sus vasallos a las órdenes que da, sin tomar en consideración el riesgo que pudiera representar acatar una orden sin analizarla. Podría ser por ignorancia, por falta de conocimiento o experiencia, pero podría ser por maldad.

Mi pregunta es ¿Por qué no sacaron a los pobladores para ponerlos a salvo? Por qué tuvieron que perderse vidas humanas? Al menos, considero, hubiera dado la voz de alerta. ¿Quién va a responder por el desastre?

El presidente lo dijo en su mañanera; “fue un pequeño error” el abrir las compuertas de la presa; luego, que había llovido mucho, o sea, engaño tras engaño, hasta que salió a flote la verdad.

En el caso reciente, del ex Secretario de la Defensa Nacional, general Salvador Cienfuegos que fue detenido en el vecino país, el presidente expresó muy claramente que podría haber más involucrados. O sea, no le dio el beneficio de la duda porque no creyó en la inocencia del General, seguramente porque perteneció a la administración anterior y ya sabe usted que, según él, todo lo que no sea de su gobierno, es corrupto.

No mostró un ápice de respeto al ejército, una institución que ha servido al país desde su formación. Ellos son los que siempre acuden en auxilio de la población en los momentos más difíciles. Tabasco no ha sido la excepción. Estuvieron ayudando a salir de sus casas a quienes quedaron atrapados. Pusieron en marcha el Plan DN-3 como siempre lo hacen.

No ha dejado de sorprender el regreso a México del General, de quien no sabemos si es inocente o culpable de lo que se le imputa en la investigación de la DEA. Por la forma como se ha manejado esa situación, que también ha levantado molestias en el vecino país con el enojo de miembros de la DEA, que emplearon años en una investigación, sería sano para la relación de ambos países, se llegara a la verdad.

El gobierno de López Obrador, se ha dicho, no fue informado de la mencionada investigación al general Cienfuegos. ¿Realmente AMLO no lo sabía? ¿A qué fue a Washington en vísperas de las elecciones en Estados Unidos? Tuvo entrevistas privadas con Trump ¿qué se ha ocultado de esa visita? ¿Por qué la sumisión ante su homólogo? Que no venga a decir que son grandes amigos ¡por favor! Perfectamente entendemos que entre esas personas lo que existe es una relación de intereses.

Además, su reacción a no querer felicitar a Joe Binden por su triunfo en las elecciones, está dejando muy mal a nuestro país. ¿Qué hay detrás de todas las mentiras que con frecuencias dice el presidente?

En dos años de gobierno nos damos cuenta que vamos como el cangrejo. No hay recursos para enfrentar lo que viene de la pandemia, pero sí lo hay para seguir con los proyectos de López Obrador. México merece a alguien que realmente gobierne para todos, no que se la pase insultando a quien no comulga con sus ideas, o inventando fantasmas que revolotean en su mente.