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El de México es un estado pirético.

Del lado oficial todo está listo para Delfina Gómez, pero Higinio Martínez no la acepta y Horacio Duarte reclama añosos servicios jurídicos a López Obrador.

Jugaron con él cuando nadie creía en él y lo defendieron en el entonces Instituto Federal Electoral (IFE, hoy INE) para defender una utópica victoria presidencial en 2006.

¿Acaso no saben de aportaciones al movimiento como los recibidos por Pío López Obrador, pero calificadas de corrupción cuando van a partidos ajenos al Presidente?

La doble moral.

Total, Higinio y Horacio están en contra de Delfina pero de nada les servirá en agosto cuando ella deje la Secretaría de Educación Pública (SEP) y se vaya a manejar las partidas presupuestales del Estado de México para su causa.

Morena resolverá sus discrepancias con un dedazo, el presidencial, y después todos serán obligados a sumarse a la campaña de quien hace cinco años perdió con Alfredo del Mazo.

EXGOBERNADORES EN ACCIÓN

No son diferentes las cosas enfrente.

Desde hace tiempo Ricardo Aguilar Castillo, hasta ayer secretario de Organización del comité nacional, expresó su deseo de competir por la candidatura priista en el Estado de México.

Tarea inútil por razones objetivas y subjetivas.

Por mandato legal, debe haber paridad de género hombre-mujer en 2023 y en Coahuila ya está decidida la postulación de Manuel Jiménez por la alianza Va por Coahuila.

Eso obliga a postular una mujer en el Estado de México, donde la puntera es Alejandra del Moral en demérito de su compañera Ana Lilia Herrera y del panista Enrique Vargas, dos políticos de primera.

Pero detrás de ellos juegan muchos intereses.

Además del expresidente Enrique Peña, participan intereses de varios exgobernadores: Emilio Chuayffet, César Camacho, Eruviel Ávila…

Todos dan opiniones, todos discuten.

¿Y el gobernador Alfredo del Mazo?

Es la voz decisiva y su deseo apunta a Alejandra del Moral.

Ahí se centra el juego de intereses, celos, madruguetes y traiciones donde estará la suerte de Va por el Estado de México y tal vez de la contienda presidencial de 2024.

ALITO CUMPLE SU RENOVACIÓN

Alejandro Moreno ya cumplió su promesa de renovar el Comité Ejecutivo del PRI.

Pero queda la duda: ¿los nuevos nombres fueron consensuados con los exdirigentes del partido y sobre todo con quien más lo cuestiona, Miguel Ángel Osorio Chong?

Pronto lo sabremos.

Un dato es cierto: faltan nombres de primer nivel, priistas de muchísimo peso para pensar en mayores cosas rumbo a las elecciones de 2023 (Edomex y Coahuila) a fin de aspirar a 2024.

Hay nombres respetables -Miguel Alonso Reyes, Rolando Zapata, Graciela Ortiz, Blanca Alcalá Ruiz-, pero no se incorpora a nadie de la nomenklatura tamaño Manlio Fabio Beltrones, Emilio Gamboa, Emilio Chuayffet y otros personajes capaces de unir, conciliar, impulsar, guiar a un partido necesitado de respaldo.

Alito sabrá cómo los guía.

Pero sorprende la incorporación de personas como Ignacio Peralta Sánchez, con cuentas pendientes por mala administración en Colima y su herencia violenta agravada en el Gobierno de la ahijada presidencial Indira Vizcaíno.