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El 2022 se presenta como un gran reto para las economías mundiales, donde crecerán aquellas que establezcan medidas y mecanismos económicos y fiscales que permitan a sus sectores productivos, verdaderamente recuperarse y crecer con fundamentos sólidos.


Desde el 2019, cuando estallo la pandemia del Covid-19 que provocó una de las mayores caídas de la producción industrial en el mundo, para ser seguido en el 2020 con un repunte rápido de una demanda limitada por la poca producción de insumos, ha dejado cuellos de botella que repercuten en un crecimiento y fortalecimiento económico.


Esto ha impactado de manera importante en economías como la de México, donde poco se ha hecho para poder solventar los problemas y se ha dejado a los sectores productivos a su suerte, lo que implica que el crecimiento real de nuestra economía no pueda lograr el repunte esperado del 6 por ciento y es muy probable que este solo alcance el 5 por ciento a finales de este año.


Lo que deriva de este repunte, será el principal reto a vencer por el gobierno federal, un nivel alto de desempleo, un ingreso familiar disminuido y un incremento importante de la pobreza.


Estos aspectos, no fueron tomados en cuenta por los representantes populares, Legisladores, quienes aprobaron un Paquete Económico para el 2022, inercial y que poco favorece al crecimiento del Producto Interno Bruto del país.
El gobierno federal actual solo ha establecido una estrategia encaminada a mantener la popularidad del titular del Poder Ejecutivo, a través de programas sociales que en poco ayudan a los mexicanos a solventar la crisis.


Es cierto que se han recuperado gran parte de los empleos perdidos, pero insistimos, estos no tienen las remuneraciones adecuadas para hacer que la economía familiar se fortalezca y esto impide que pueda reactivarse un mercado interno para hacer que los sectores, industrial, agropecuario, turístico y de servicios empiecen a mostrar una mejoría.


Todo esto enmarcado a que la poca oferta de insumos encarece el precio de los productos finales, lo que implica que el gasto familiar se hace cada vez menos eficaz para comprar por lo menos los productos de una canasta básica alimentaria.


La presión inflacionaria será un factor determinante a contrarrestar el próximo año, o de lo contrario la inercia de un mercado con altos precios de productos finales podría continuar.


México debe establecer medidas económicas y fiscales para captar una mayor inversión privada, además de establecer mecanismos que mantengan a las cadenas productivas que permitan producir lo suficiente para un consumo interno y además tener productos de exportación.


México, afortunadamente se encuentra en una zona geográfica privilegiada, cerca de la economía número 2 del mundo y que implicaría que deberíamos ser sus principales proveedores, de algunos insumos para el país vecino.
Es necesario establecer un verdadero Plan Nacional de Desarrollo que nos lleve a fortalecer a los sectores productivos para un crecimiento bien cimentado


Esperemos que así se haga o de lo contrario no lograremos recuperarnos de esta crisis hasta el siguiente sexenio cuando llegue un gobierno con ideas más frescas y a favor del crecimiento del país y no de la figura presidencial.