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Lo recientemente ocurrido con comisionistas y trabajadores de empresas distribuidoras de gas, es apenas el inicio de un problema mayor que podría desatar un descontento social mayor.

Para Andrés Manuel López Obrador se le hace fácil crear una empresa que sea distribuidora de gas LP, con el objetivo de evitar que el precio de este insumo siga incrementándose, lo cual es difícil, puesto que los precios son establecidos a través del mercado internacional.

Al parecer a López Obrador se le olvida que México no cuenta con la capacidad de generar el gas LP y este debe ser en su mayoría comprado en el exterior, esto ocasiona que de entrada el precio del energético se establezca a un precio que pueda sostener no solo la compra del mismo sino genere ganancia para quien lo compra y lo distribuye.

Por esta razón el precio del Gas LP, continuamente está en una oscilación de precios, derivado principalmente del precio de otros insumos y de la forma en la cual se genera el energético.

Pero a pesar de ello, a López Obrador se le ocurrió “la genial idea” de crear una empresa estatal que pueda distribuir el gas LP y con ello presionar para que el precio se mantenga a un nivel bajo.

Esto último nunca podrá suceder porque, como ya lo señalamos, el precio es establecido en los mercados internacionales y este deberá comprarse así. Si algún gobierno quiere bajar su precio deberá aplicar recursos fiscales, subsidios, para que el precio mantenga un costo bajo.

Esto ocasiona otros problemas, el primero que se deberá destinar más recursos para subsidiar el precio, esto provocará que algunos sectores empiecen a resentir el recorte presupuestal generando otros problemas, como falta de productos o incremento en sus precios.

A solo un mes de haber puesto en marcha a la empresa Gas Bienestar, el precio del combustible se elevó y el gobierno federal no ha logrado contenerlo, por lo que las familias mexicanas, que aún no cuentan con el abasto a través de la empresa del estado, deben pagar este incremento.

Otro problema que se ocasiona cuando sea crea una empresa estatal sin un estudio de mercado laboral y comercial y un sustento económico, es el desempleo, derivado principalmente de la reducción de ganancias que obtiene las empresas privadas y para evitar que esto dañe el funcionamiento de las mismas deciden disminuir su productividad que consiste en un recorte de personal.

Un problema más creado es la insuficiencia de vehículos y cilindros suficientes para distribuir el energético a todos los hogares mexicanos, creando una a escasez del mismo y la inseguridad de que cada casa que cuente ya con un cilindro de Gas bienestar, pueda comprarlo nuevamente.

Este intento de generar un control de precios en el mercado del gas LP, no sólo ha generado las movilizaciones y bloqueos de los últimos días sino el cierre, de acuerdo con la Asociación Mexicana de Distribuidores de Gas Licuado de Petróleo, de 10 por ciento de las rutas de distribución en todo el país.

Entones el control de precios no ha impedido que sigan subiendo los precios del gas, pero ha impuesto mayores problemas a los gaseros para que mantengan su actividad rentable.

El producto más caro es el que no está disponible en el mercado y si hablamos de un combustible tan básico como el gas doméstico podríamos estar en la antesala de una crisis social si aumenta el número empresas gaseras que desaparecen, y el Estado mexicano no lograr cubrir los lugares, colonias, municipios y estados para distribuir el Gas Bienestar

El gas no va a bajar de precio pronto, y estamos a unos días de entrar al invierno. México produce apenas 40 por ciento del gas que se consume en el mercado doméstico y su propagandístico Gas Bienestar, que también se ha incrementado en 11 por ciento su costo de venta no ha logrado establecer una logística para poder cubrir el territorio nacional, por falta de recursos.

En conclusión, la brillante idea de controlar el precio del Gas LP, puede producir más perdidas que ganancias, en todos los sentidos, comprometiendo recursos fiscales.

Es necesario recordar que México no puede aislarse de la economía globalizada porque para ello debe existir autosuficiencia en todo y por el momento estamos muy lejos de ello.