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Estira y afloja

En la Cumbre de Líderes de América del Norte se marcaron varias líneas políticas que impactarán en la sucesión presidencial de México, aunque los presidentes Andrés Manuel López Obrador de México y Joe Biden de Estados Unidos defendieron su propia agenda y sus propios intereses dentro de escenarios complicados para cada uno rumbo a las elecciones.

El presidente mexicano ya tiene razones de peso para cacarear en grande el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) gracias al aterrizaje del Air Force One del presidente Biden, y éste también tiene elementos para decirle a su electorado que logró un acuerdo más estrecho para enfrentar los problemas de migración y de combate a las drogas, en especial el tema del fentanilo. Claro, suscribieron la Declaración de Norteamérica con los compromisos sobre diversidad, equidad e inclusión; cambio climático y medio ambiente; competitividad; migración y desarrollo; salud y seguridad regional.

La otra línea de acción fue la del primer ministro Justin Trudeau de Canadá, quien demostró tener mayor sensibilidad en los compromisos de lograr que América del Norte se convierta en la mayor y más competitiva región del mundo que fueron planteados por los principales organismos empresariales de los tres países.

De ahí lo exhortos a Lorenzo Servitje y Armando Garza Sada, presidentes de los grupos mexicanos Bimbo y Alfa, respectivamente, para que aumenten sus inversiones en Canadá, a sabiendas de que el T-MEC es la principal herramienta para enfrentar el creciente problema agroalimentario en el mundo, de escasez de partes automotrices y de fortalecer la generación de energía limpia.

En esta reunión, como no se había visto en el pasado, se integró en las discusiones un sector empresarial de los tres países muy integrado, muy unido, como se apreció con claridad en la carta enviada por el Consejo Coordinador Empresarial, la US Chamber of Commerce (de Estados Unidos), y el Business Council of Canada a los líderes tanto de México, como de EU y Canadá.

Se logró la firma de esa carta en momentos de vacaciones de año nuevo, y el mensaje es claro: hay que ponernos las pilas frente a los riesgos y la incertidumbre existentes porque la guerra entre Rusia y Ucrania no ha terminado, siguen los temores de una posible recesión y las presiones inflacionarias, los problemas de déficits en sectores como el alimentario y la crisis de energía en Europa y otros más.

Las corcholatas de la 4T deben analizar a fondo los acuerdos de esta reunión que hablan de una agenda de trabajo común para alcanzar una región más competitiva, con seguridad energética regional, certidumbre para los negocios, estabilidad y rendición de cuentas. El secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, es el que tiene más claro todo este panorama, y febrero será clave para sus aspiraciones.

J. Jesús Rangel M.