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La designación de Arturo Herrera Gutiérrez como nuevo gobernador del Banco de México (Banxico), no debe llamarnos a sorpresa, porque ya lo había dejado entrever López Obrador, al manifestar que el nuevo encargado de este puesto, luego de que terminará el próximo 31 de diciembre de este año el ciclo de Alejandro Díaz de León al frente de la banca central, sería un economista con visión social.

Tampoco sorprende que Rogelio Ramírez de la O sea el nuevo titular de la Secretaria de Hacienda, porque durante estos primeros del gobierno López Obrador, el economista se ha desempeñado como su asesor en esta área.

Entonces, lo que deberemos esperar es que tanto Ramírez de la O y Arturo Herrera continúen con una labor conjunta de mantener una política económica en un balance fiscal con estabilidad, como hasta ahora se ha presentado.
Lo importante es observar que Herrera Gutiérrez trabaje bajo los lineamientos del Banco de México y no permita que su antiguo jefe, López
Obrador, intervenga en las decisiones, porque con Herrera serán tres integrantes de la junta de gobierno, que han sido propuestos por el mismo López Obrador.

Respecto al Ramírez de la O, le toca iniciar su labor en el sector público, bajo la presión de mantener un presupuesto equilibrado, con las premisas de ahorro y austeridad, que mantiene el titular del Poder Ejecutivo, pero también que el mayor recursos este destinado a las obras que se han iniciado en este sexenio, el Tren Maya, la refinería Dos Bocas, el aeropuerto Felipe Ángeles y se suma ahora, en caso de ser aceptado por las autoridades de Estados Unidos, liquidar la compra de la refinería Deer Park.

Entonces Ramírez de la O, se presentará ya no como asesor, sino como empleado de López Obrador, donde tendrá que convencerlo de que algunos programas sociales, poco han ayudado al mejoramiento de la calidad de vida de los mexicanos y que lo mejor será invertir en el robustecimiento de la infraestructura industrial del país, para mantener la competitividad dentro de la zona económica que se ha creado con el TLCAN, ahora T-MEC

Si alguien conoce bien el pensar de López Obrador es Ramírez de la O y por ello tendrá la habilidad de convencerlo de aplicar una política fiscal que le permita a este gobierno recuperar la confianza que poco a poco se ha ido desvaneciendo en el mundo respecto al país.

Tanto Herrera Gutiérrez como Ramírez de la O, tendrán la responsabilidad de evitar una debacle económica del país, pero también se enfrentaran ante la tozudez de López Obrador respecto a cómo se deberá manejar los recursos públicos y las reservas internacionales.

Convencerlo de que una mayor inversión en la infraestructura industrial podría crear empleos, derivados en mayor productividad y mejor salario para el sector laboral y que los programas sociales solo se utilicen directamente a los verdaderos grupos vulnerables y no se reparta n los recursos públicos como si fuera bolo de bautizo.

Entendemos que esta transición será en por lo menos en los próximos dos meses, porque Arturo Herrera acudirá a la reunión del G20, donde se podría establecer la aplicación del impuesto global, que implique que las grandes empresas paguen impuestos no solo al país donde se encuentra la matriz de su empresa, sino participen también en las naciones donde tiene sus maquiladoras o sucursales lo que dejara beneficios a muchos países.

Mientras que Ramírez de la O, tendrá que despedirse de las empresas privadas donde participa como asesor, para evitar caer en un conflicto de intereses al tomar protesta como nuevo titular de Secretaria de Hacienda y Crédito Público de México.