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Primer dato sólido:

Hay mucha preocupación en el Gobierno mexicano por las crecientes fricciones con el de Estados Unidos en muchos sentidos.

No nada más en las consecuencias tras las condenas de la Casa Blanca por atentar contra la seguridad de Natalie Kitroeff, corresponsal del periódico The New York Times.

Ella y cuanto representa la censura desde el poder a la prensa libre y los riesgos consecuentes de afines con Andrés Manuel López Obrador, su movimiento y su gobierno.

Esto obliga a actuar de inmediato para conciliar con la administración de Joe Biden, tratar de serenar los ánimos y desmentir persecución de informantes al estilo de Natalie Kitroeff.

¿Quién se encargará de estas negociaciones extraoficiales?

¿La canciller Alicia Bárcena?

No, ella opera por los conductos diplomáticos -el secretario de Estado Antony Blinken es el indicado- y al menos ya hay dos frutos: la Casa Blanca y el Departamento de Justicia han negado investigaciones directas a López Obrador por financiamiento ilegal del crimen organizado.

SIN CARTERA

El operador secreto es Marcelo Ebrard Casaubón.

Sí, el exsecretario de Relaciones Exteriores y quien ha tenido encomiendas similares de Andrés Manuel López Obrador con el mundo desde hace tiempo y en especial con Estados Unidos.

Por ejemplo, en 2016 López Obrador le ordenó viajar de París a Estados Unidos para tender puentes con la candidata Hillary Clinton, dirigentes del Partido Demócrata y empresarios.

Ebrard hizo campaña contra Trump, pero cuando éste ganó supo recomponer la relación y así en 2018 tuvo acuerdos migratorios aun antes de iniciar la administración federal actual.

Hoy tiene muchas encomiendas: apagar el fuego actual, defender la indefendible persecución de medios y preparar el eventual regreso del republicano a Washington.

Ah, y no lo hace sólo por instrucción de López Obrador.

Es decir, Ebrard ha recompuesto su relación con Claudia Sheinbaum y preparará un trato terso si se reelige Joe Biden o si vuelve Donald Trump.

Un canciller sin cartera pero plenamente domesticado tras sus confrontaciones con la candidata presidencial lopezobradorista, a quien acusó de usar recursos y programas sociales en su campaña.

Eso está olvidado.

¿TERCER PAÍS?

1.- Quizá con base en sus nuevas funciones, Marcelo Ebrard promete ir al Senado de la República para ser un activo importante.

Lo primero es operar para defender a México en el empeño de convertirlo en blanco de ataques en tiempo electoral para ganar votos.

Y lo segundo es reencauzar las pláticas en busca de solución al problema migratorio -pero no como tercer país- y, en correspondencia, instrumentar medidas para el control de la venta de armas y su envío ilegal al país.

Y 2.- Todos los candidatos y militantes de Morena son impolutos, sin nexos con el crimen organizado y menos autores de actos indebidos.

Esta opinión de Claudia Sheinbaum debe pasar la criba de por todo el territorio nacional porque muchos de ellos no tienen el reconocimiento social.

Por ejemplo, ¿conocerá la fama del oaxaqueño Antonino Morales, quien es impulsado para el Senado de la República por el gobernador Salomón Jara?

Si ella, Mario Delgado y Citlalli Hernández quieren más datos, pueden investigar si son ciertos delitos similares a los señalados por la justicia federal contra Francisco García Cabeza de Vaca.

@urenajose1