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  • Ingeniero civil y exitoso empresario, asegura que “podemos entrarle a la gubernatura incluso sin devengar un sueldo”

“La política tiene mucho de aritmética. Cuando reconoce el trabajo del de enfrente se suma, y cuando por el contrario, se denosta al de atrás, se resta. Cuando se reconoce a los de enfrente y a los de lado, se multiplica, y cuando no se toman las decisiones, uno divide” –me dice el ingeniero civil Óscar Armando Ávalos Verdugo, exitoso empresario agroindustrial, expresidente municipal priista de Tecomán (2000-2003) y actual director de la Comisión Estatal del Agua de Colima, quien el próximo 7 de diciembre cumplirá 58 años.
Y agrega enfático:

“En todos los partidos —no solamente en el PRI—, existen quienes multiplican o dividen, pero en la sociedad hay más gente que multiplica y suma, y a esos espacios hay que llegar de frente, porque debemos reconocer que los tiempos actuales pertenecen más a la sociedad, que a los propios partidos”.

De manera franca, abierta, admite que en esta ocasión ha levantado nuevamente la mano para situarse en la primera línea y obtener la nominación de su partido rumbo a los comicios del año próximo, con vistas a relevar a su correligionario José Ignacio Peralta Sánchez. Relata que la primera vez que intentó obtener la postulación a la gubernatura, fue en 2004.

“Al término de mi administración en la presidencia municipal busqué ser candidato a gobernador y alcé la mano para decirles aquí estoy. Pero luego me discipliné al suscribir un acuerdo con la sociedad colimense, para que mi amigo Gustavo Alberto Vázquez Montes —quien fallecería al año siguiente en un accidente de aviación en Tzitzio, Michoacán—, lograra llegar a la gubernatura. Ante el carisma de Gustavo Alberto, privilegiamos la unidad de la sociedad colimense y de los actores políticos, pero particularmente privilegiamos el desarrollo de Colima en aquel entonces” —dice.

¿Las credenciales de Ávalos Verdugo? Su vocación de servicio público, que en Tecomán se tradujo en una exitosa administración que le valió el reconocimiento general por el impecable manejo presupuestal aplicado en intensa iluminación de calles, embellecimiento de parques y jardines, introducción y ampliación de los servicios básicos, mejoramiento de acceso en la principal vialidad del municipio, y vastos apoyos al sector agropecuario.

Poseedor de dos maestrías, una en Administración de Empresas y otra en Educación, ambas cursadas en la Universidad Autónoma de Guadalajara —donde fue presidente de la Federación de Estudiantes de Jalisco en 1984—, también se ha desempeñado en el ámbito educativo y formó parte de la Asociación Internacional de Rectores Universitarios (1989-1999). De hecho, en Tecomán contribuyó a instaurar un moderno centro universitario.

¿Cuántos contendientes, a nivel interno, existen en la búsqueda por la candidatura del PRI al gobierno de Colima?

Todos los partidos tienen candidatos diversos, pero debemos recordar que el partido en el gobierno trae diversos actores, así como los partidos nuevos, que tienen bastantes participantes y seguidores. En el caso del PRI mencionaban a 5 compañeros que merecen todo mi respeto y mi reconocimiento, pero en general unos y otros han decidido sumarse para presentar un solo perfil y llegar fortalecidos al proceso electoral del 2021.

De cabello cano, rostro amigable y ademanes firmes, Ávalos Verdugo —a quien agrada que sus amigos le llamen simplemente Óscar—, reconoce que el PRI ha tenido a nivel nacional un descenso muy fuerte en la intención del voto, y además presenta graves problemas en torno a credibilidad en la sociedad.

Sin embargo —dice—, habremos de señalar que todos los partidos de acuerdo a su misión, visión, propósitos y objetivos —todos en el papel—, dicen cosas muy gratas al oído de la ciudadanía. Pero lo cierto es que no se puede culpar de los errores cometidos a una institución como tal, sino hay que responsabilizar a quienes los han dirigido; ellos son los responsables de los acontecimientos que se han dado y los que vendrán en los siguientes meses.

Empero, debo reconocer que hoy, más que nunca, la sociedad va más por los candidatos que por los propios partidos, aunque esto podría sonar un poco duro, un tanto peyorativo hacia los propios partidos, pero realmente eso es lo que la gente piensa y cree. La gente sabe que hoy, más que nunca, son ciudadanos quienes los van a representar en cada uno de los comicios y esos gobernantes serán electos por la ciudadanía.

En lo que concierne a mi partido, el PRI no puede seguir bajo una tónica cupular alejado de las causas sociales; debemos regresar a nuestros orígenes de lucha social pero en sintonía con la manera de cómo se mueve el mundo, con avances tecnológicos, comerciales, económicos y por ende sociales. Debemos volver a conectarnos con la gente, representar sus causas, sus necesidades, pero lo más importante, habrá que darles resultados.

¿Se siente con verdaderas posibilidades para contender exitosamente?

“Yo no tengo la menor duda que con mi actuar, a lo largo de 57 años, hemos podido ir sumando actividades diversas que nos propician un medio y un estatus adecuado para ser competitivos, al margen del partido que alguien puede representar llegado el momento.

¿Cuándo se va a llevar a cabo la elección interna en el PRI?

Bueno, habemos de recordar que todos los partidos traen sus procesos internos, aunque los tiempos determinantes son los que marca el Instituto Nacional Electoral (INE) y que sin duda alguna, para todos los partidos comenzará a intensificarse la identificación y ubicación, y particularmente el compromiso de quiénes serán o seremos candidatos. De tal suerte que este proceso comenzó a ser observado desde el pasado mes de septiembre, y la elección final, como es ya sabido, en los 15 estados del país será el 6 de junio del próximo año.

En términos muy claros estamos hablando de 8 meses, que transcurrirán en medio de un ambiente atípico, porque estamos viviendo una emergencia sanitaria.

Así es. Los tiempos empezaron a correr a partir de septiembre, y yo estimo que en los partidos habrá definiciones muy concretas a finales o a mediados de diciembre del presente año, que es precisamente cuando los partidos habrán de identificar a los mejores hombres y mujeres para que lo representemos debidamente en los procesos venideros de julio del 2021.

Desde el punto de vista competitivo existen algunos personajes de los otros partidos, en este caso Morena, que también mantienen la esperanza de representar a sus respectivas organizaciones políticas para competir por la gubernatura. Uno de ellos es el líder de los diputados Mario Delgado Carrillo, de quien se ha dicho tiene la mirada no sólo en la presidencia de Morena a nivel nacional, sino también en Colima. Y por esa agrupación también aspira la delegada federal Indira Vizcaíno Silva. ¿Qué me puede decir sobre esta posibilidad de enfrentarlos en las urnas?

Mario Delgado —a quién tengo el gusto de conocer desde hace muchos años y es una persona que merece todo mi respeto, porque se ha forjado en la cultura del esfuerzo para preparase y superarse—, ha estado fuera del estado por muchos años, lo cual no lo hace ajeno a Colima, pero sin embargo sí lo hace distante de la gente. Y lo que hoy más que nunca requiere la gente, es la cercanía de quienes intentan gobernarlos.

En el caso de nuestra compañera Indira Vizcaíno —es una mujer talentosa que también merece mi respeto—, pero tiene un gran reto como delegada de los programas federales en Colima y debe rendir cuentas; hasta la fecha no ha podido sortear este requerimiento de la mejor manera posible.

Debo decir que no tengo la menor duda de que existen hombres y mujeres talentosos en todos los partidos. Pero sin embargo, lo que la gente quiere es que sus representantes tengan proximidad, que les sean cercanos.

Lamentablemente —como es el caso de Indira Vizcaíno, de Mario Delgado y muchos otros más—, ellos han estado muy distantes de las necesidades de la población y de la situación que realmente impera en la entidad.

La gente quiere candidatos responsables y honestos y en este caso quiero decir que yo he transitado en actividades educativas, empresariales, industriales, y en patronatos de asistencia social que he conformado, y en todos los lugares he rendido siempre buenas cuentas y es precisamente lo que la sociedad de Colima y del país, exige y reclama.

Colima es uno de los estados más pequeños del país y eso mismo nos permite conocernos e identificarnos y saber de qué estamos hechos. Finalmente me atrevo a afirmar que cuando no se vive de la política —como es mi caso y cuando el patrimonio que hemos formado mi familia y un servidor durante muchos años nos permite mantener nuestro futuro garantizado—, podemos entrarle a la gubernatura incluso sin devengar un sueldo. Nosotros no vamos por un sueldo o por alguna regalía, porque esa parte —gracias a Dios y al esfuerzo de mis padres y de la gente que ha trabajado con nosotros por muchos años—, la tenemos garantizada y resuelta, de manera muy transparente.

Esto último lo digo con toda humildad y respeto. Por ejemplo, yo camino por la calle y puedo mirar de frente y a los ojos a la gente y particularmente a mi familia y a mis hijos Yalila —doctora que actualmente cursa una especialidad— y a Óscar —ingeniero empresarial agropecuario, especialista en finanzas—. Y esto debe interpretarse como la señal de que los colimenses pueden tener certidumbre de la transparencia y honestidad con la que nos hemos conducido durante todo el tiempo.

El también presidente de la Asociación Local de Productores de Limón, relata que “jamás hemos sido objeto de un reclamo o una llamada de atención en los diversos cargos y encargos que la sociedad nos ha brindado, desde cargos políticos, hasta cargos sociales y empresariales, donde hemos podido transitar con la frente en alto y las manos limpias.

Hace unos 20 ó 25 años, Colima era una de las entidades más tranquilas del país; digamos que era un remanso y un lugar idílico en el que mucha gente quería vivir, no solamente estar unos días visitando sus playas y sitios turísticos. Sin embargo, su tranquilidad se ha roto, y hoy está convertido en el puntual de los hechos de violencia a nivel nacional, además de la pandemia que ocupa uno de los primeros lugares. Si llega a ser candidato, y probable gobernador del estado, ¿cuáles son los puntos que más le preocupan?

Justamente hace 20 años —de 2000 y 2003—, yo fui presidente municipal de Tecomán, municipio que se distingue por su gran capacidad productiva, por su gente, por su actividad empresarial social e industrial y comercial. Vivimos años muy tranquilos, donde no se registró ningún secuestro, asalto bancario o alguna muerte trágica.

Hoy el gran reto —desde nuestro punto de vista—, son cuatro temas, principalmente el de la salud. El coronavirus nos ha golpeado muy fuerte y hay un saldo negativo en cuanto a contagios y muertes. De tal suerte que la salud es un renglón muy importante y un gran reto al cual hay que enfrentar.

La seguridad es otro de los puntos sustantivos. Ciertamente se terminaron aquellos años donde se transitaba y coexistía con mucha paz tranquilidad; vivíamos con las puertas abiertas. Hoy, por su ubicación geográfica, su situación empresarial y comercial, y por la intensa actividad del puerto de Manzanillo, Colima ha requerido la presencia de gente de otras latitudes que al parecer no ha hecho mucho por salvaguardar los intereses de la gente buena del estado.

Debo comentarle que el tema de seguridad es de los problemas endémicos del país y que Colima no es la excepción. Así que este problema habrá de abordarse de manera inteligente y firme, mediante un trabajo de coordinación entre los tres órdenes de gobierno y un esquema de recomposición del tejido social, basado en el principio cultural y educativo de las nuevas generaciones.

Luego, viene el tema de la educación. Yo tuve la oportunidad de ser muchos años director de un plantel educativo y con mi formación profesional como ingeniero y con un par de maestrías, sé del gran significado de la educación para un pueblo.

Un pueblo con educación es un antes y un después para alcanzar el progreso, y no tengo la menor duda que la educación será un gran reto histórico que vamos a enfrentar, y más en estos días en que estamos viendo la nueva modernidad en cuanto a la forma en que se procede para llevar las clases a los niños y niñas y jóvenes, en la cual lamentablemente no todo mundo tiene un equipo de cómputo, un televisor o accesos a internet. Eso obviamente dificulta mucho el transitar en el aspecto educativo. Por ello es otra gran asignatura pendiente a la que habrá que hacerle frente de forma decidida.

Y por último, otro gran reto, no menos importante, es el aspecto de la generación de empleos. Ciertamente Colima se ha venido caracterizando por ser un gran generador de empleo y utilización de mano de obra. En los últimos años ha recibido a mucha gente que procede de Michoacán, Guerrero, Oaxaca o incluso del mismo centro del país, que llega para tratar de sumarse a las actividades agropecuarias o empresariales en el Puerto. Pero hay que atenderlo y no dejar que la situación se nos salga de las manos, porque mucha gente decide invertir, radicar y de alguna manera también se convierten en demandantes de servicios básicos.

Salud, seguridad, educación y empleos. Estos son los cuatro ejes fundamentales del gobierno —llegados los tiempos—, que nos toque presidir.

¿Realmente considera que si usted surge como su candidato, el PRI tendrá entonces posibilidades de refrendar la gubernatura que hoy encabeza José Ignacio Peralta Sánchez?

Todos los partidos tienen planes, proyectos, metas, misiones y visiones muy aceptables para con la sociedad. En la actualidad, más del 59 por ciento de los electores —y este porcentaje va creciendo—, vota a favor de las personas más que por los partidos, y esto se ha venido dando desde hace más de 20 años y en esta elección que se avecina se pondrá a prueba el humanismo y la cercanía con la gente.

¿Cómo es su relación con el gobernador Peralta Sánchez?

Hemos cuidado en todo momento llevar una buena relación, ya que nos queda muy claro que la autoridad es electa por la mayoría de la ciudadanía, y eso trae como consecuencia un gran reto. Las autoridades a nivel federal, estatal y municipal —que han sido electas en el transcurso de la historia y más en los últimos años, en el país y aquí en Colima¬—, nos dan la pauta para contribuir de forma ordenada en los proyectos que para bien de la sociedad y con la sociedad, se llevan a cabo. Mi relación en concreto con el gobernador Peralta Sánchez, es buena, de respeto, trabajo y cordialidad.

¿No teme que un mal proceso de elección interna en su partido pudiese provocar fisuras que imposibiliten cualquier buena intención y obviamente ocasione que el PRI pierda la gubernatura?

Precisamente —con humildad y modestia lo comparto—, es la gran capacidad de negociación que hemos ofrecido en todo tiempo y momento. Yo no estoy empecinado ni enfermo de poder. Todos los días construimos lazos de unidad y solidaridad con los propios integrantes del partido y otras organizaciones políticas.

Como ingeniero que soy, me precio de ser un gran constructor —no tan sólo de obra civil, sino también de voluntades—, y también me precio de transitar con humildad y respeto, y privilegiar el bien de la sociedad, antes de un bien personal o de grupo.

A lo que voy finalmente, es manifestar que en todo momento hemos escuchado y luego consolidado un proyecto en pro y para con la sociedad. Eso me ha dado mucho ánimo y energía, porque hemos tenido una buena respuesta de la militancia priista sobre el proyecto político que representamos, que tiene como prioridad la suma de todos; un proyecto donde caben todos, con la única restricción de que esos todos deben de tener un objetivo en común, que es el de hacer lo mejor para Colima.

Muchos de los liderazgos priistas con los que hemos platicado coinciden en esta visión; que tenemos que ver más allá de una cuestión reducida a un interés cupular o de partido político, y que ante la situación que acontece en el país, debemos establecer un proyecto amplio de nación, donde con la suma de las divergencias sociales se construya un camino de unidad, solidaridad y respeto en favor de la gente.

Y yo creo que cuando se antepone el bien común, al bien personal o de grupo, no tengo la menor duda que es la mejor fórmula para la suma de voluntades. Si ponemos al centro la atención a la sociedad en sus necesidades, sus sueños y aspiraciones, seguro vamos en el camino correcto.

Por eso —y se lo digo de manera franca y sincera—, considero que tengo las bases para obtener la candidatura y gobernar Colima— reitera Óscar Armando Ávalos, sin falsas modestias.