Por mayoría calificada, se aprobó el dictamen que reforma los artículos 4 y 5 de la Constitución con el que se prohíbe el uso de vapeadores y cigarrillos electrónicos, así como el uso ilícito del fentanilo.
Al argumentar su posición en contra, la diputada de Movimiento Ciudadano, Gloria Núñez Sánchez recapituló las regulaciones que han tenido en los últimos años esos dispositivos electrónicos y cómo, en lugar de disminuir su uso, éste se incrementó.
“El consumo de cigarrillo electrónico o vapeadores en nuestro país no ha dejado de crecer y no, no podemos engañar ni engañarnos, su comercialización está más que normalizada a lo largo y ancho del país. Según cifras recientes, este mercado ha experimentado un crecimiento notable, pasando de un millón de usuarios en 2019 a más de 2 millones en 2024”, señaló.
Su compañera de bancada, Iraís Reyes subió a tribuna para fumar un vapeador “antes de que Morena prohíba el ejercicio de nuestras libertades, porque su política pública en materia de salud no les da para más”.
A decir de la diputada el prohibir sustancias no desincentiva su consumo, sino que únicamente genera un “mercado negro” que sólo fortalece a los grupos delincuenciales que lo controlan, y le impide a los consumidores saber qué están adquiriendo. Además de ello, impide que la regulación de los vapeadores pueda recabar unos 12 mil millones de pesos anuales a través del Impuesto Especial sobre Productos y Servicios (IEPS).
“Así de rancia y arcaica es su política. ¿A poco con la prohibición del alcohol las personas dejaron de consumir este producto? Morena nos está quitando la libertad de decidir si queremos comprar un cigarro tradicional o si queremos comprar un vapeador. Va a venir el gobierno a decirnos qué podemos o no podemos consumir, como si fuéramos niños”, reprobó.
A su vez, el panista Éctor Jaime Ramírez Barba criticó incluir en el mismo dictamen al fentanilo y a los cigarros electrónicos, y defendió a estos últimos como una alternativa supuestamente menos dañina a los productos tradicionales de tabaco.
“Según las cifras de la propia Secretaría de Salud, allá afuera hay 2 millones de mexicanos y mexicanas que han dejado de fumar, han abandonado la opción más dañina y han migrado, aunque sin ser inocua ofrece un mejor perfil de riesgo”, aseguró el legislador –médico de profesión–, quien aseguró que “la prohibición obliga a volver al cigarro convencional” a los consumidores.
En su oportunidad, Roberto Ramos, de morena, destacó que quienes han tenido contacto en hospitales con pacientes de fibrosis pulmonar, enfermedad pulmonar obstructiva crónica y otros males respiratorios, saben que la “génesis” de las mismas son las sustancias tóxicas que la enmienda prohíbe, y rechazó que los cigarros electrónicos sean menos dañinos que los productos de tabaco tradicional.
“El cuerpo humano es un templo y es una irresponsabilidad permitir inundarlo de sustancias tóxicas. Aquí no valen nada los argumentos de voces retardatarias, panteoneras, catastróficas de que los vapeadores nos van a salvar y van a disminuir la mortalidad por el consumo de esta sustancia (nicotina). ¡Falso, falso!”, destacó.
Destacar que PAN y PRI apoyaron la iniciativa en lo general, por estar en favor del combate al fentanilo, aunque aclararon que están en contra de la parte del dictamen que prohíbe la comercialización de cigarros electrónicos, por considerar que la medida no sirve para frenar el uso de esos productos.
La prohibición fue votada con 410 votos a favor, 24 en contra y cero abstenciones.