El día de hoy, se espera sea ratificado Rogelio Ramírez de la O, como el nuevo secretario de Hacienda y Crédito Público, esto con el objetivo de que empiece lo antes posible a establecer la política hacendaría que mantenga al país en un camino de crecimiento y fortalecimiento económico de manera real.
Hasta el momento la forma en la cual se ha planteado un crecimiento económico ha sido con base a ideas del siglo pasado, donde el populismo sirvió de manera importante para mantener el funcionamiento de una maquinaria política que luego se convirtió en caldo de cultivo del peor cáncer que pueda existir en una nación, la corrupción.
Esta forma de hacer política pública, en la economía mexicana, son decisiones que han llevado al país a la profunda crisis de los últimos 20 años y que, no podremos salir de ella, sin la voluntad política de hacerlo.
Mantener tarifas subsidiadas sin procurar una competencia abierta que produzca mayor productividad y competitividad solo ha llevado a utilizar mayores recursos públicos a favor de grupos pequeños.
Crear programas asistenciales, para impedir la pobreza en la población, solo la han fomentado, porque cada segmento del país que se sienta vulnerable podría recibir apoyos económicos sin necesidad de producir absolutamente nada.
Establecer el control de precios, sin procurar una mayor regulación y supervisión de los mercados, solo producirá un incremento desproporcionado de los mismos y posiblemente la escasez como único factor para determinar el incremento de los mismos.
A partir de la apertura económica, que Andrés Manuel López Obrador detesta y llama neo liberalismo, fue cuando el país empezó a obtener números positivos en su economía, sin embargo, el desterrar los vicios del populismo no se ha logrado y se siguen arrastrando hasta estos días y es posiblemente el factor fundamental de impide el crecimiento de nuestra economía en niveles reales.
Si se utilizan mayores recursos a subsidiar empresas que durante varios años han sido carcomidas por el cáncer de la corrupción, estas no podrán limpiarse y si ahora se pretender colocar como las empresas productivas del país, es solo fomentar este cáncer.
Esta administración ha inyectado más de mil millones de pesos en apoyar el crecimiento de PEMEX, sin embargo, esta empresa sigue mostrando números rojos en sus finanzas, propiciadas principalmente por el enorme gasto que se dedica al mantenimiento de maquinaria casi obsoleta, a los contratos colectivos y las inmensas pensiones que reciben algunos ex trabajadores de la empresa, amén de la mala o nula administración que existe.
Algo similar pasa en la Camisón Federal de Electricidad, que ante los altos gastos que realiza en el mantenimiento de subestaciones y compra de carbón para producir energía eléctrica han impedido que esta empresa invierta en la exploración para generar las llamadas energía limpias.
Entonces todas estas políticas populistas que ha re utilizado la actual administración federal solo genera grandes boquetes en el erario público, que sirven únicamente en beneficio a un grupo de políticos y su partido quienes han aprendido que estas prácticas dejan mejores dividendos electorales y la continuidad en el poder.
Las dádivas generan obligaciones, pero pueden llegar a cantidades insostenibles para los ingresos públicos.
Sin embargo, Andrés Manuel López Obrador abre la Caja de Pandora de los subsidios a los energéticos con el gas LP y según lo que le marquen las encuestas rumbo al 2024 podría ampliar la asignación de recursos públicos a otros combustibles. Este viejo camino del populismo priista del siglo pasado que hoy emprende López Obrador será muy costoso para el país y difícil de erradicar cuando se retome un poco de congruencia y sentido común en la economía.
Esperemos que Rogelio Ramírez de la O, sea en verdad el secretario de Hacienda que necesita México, y no uno más de los peones de López Obrador. Estamos en un punto donde deberemos recordar la historia y sus consecuencias para no repetir el camino que nos ha llevado a la crisis económica que estamos padeciendo y que, subrayó no saldremos adelante si no existe la voluntad política de hacerlo.